La gestión de cobranzas inmersa en una revolución tecnológica en un país en recesión

La recesión económica, la digitalización de la justicia y la IA incentiva a los acreedores a judicializar las carteras morosas.

Evolución en los procesos de cobranzas

La gestión de cobranza vivió un enorme proceso de profesionalización y digitalización en los últimos años, sobre todo en la industria financiera. 

Solo recordar que, apenas unas 4 décadas atrás, el deudor que no pagaba sus deudas se le iniciaba un juicio, como única acción. El abogado recibía el legajo e iniciaba un juicio interminable.

Si nos remontamos a lo más lejos en la historia de la humanidad llegamos hasta el año 450 A.C con la ley de XII tablas del derecho Romano que disponía que, si un ciudadano romano contraía una deuda con otro y no podía pagarla, el Pretor -que era como se denominaban a los jueces entonces-, podía condenarlo a convertirse en esclavo del acreedor, quien luego podía venderlo para cobrarse su deuda o incluso matarlo.  

Hasta estos días, miles de años después, los acreedores masivos, no tienen en su estrategia central la gestión judicial y prefieren vender el crédito antes que sumergirse en un proceso judicial.  Algunos Bancos se conforman con recibir un dígito porcentual por una deuda con algunos años de atraso sin garantía real.

¿Por qué semejantes cambios? 

De convertir al deudor en esclavo o incluso matarlo a condonar su deuda en más del 90% sin siquiera mandarle una carta documento. 

En principio uno podría decir que, a pesar de la tecnología, la profesionalización y la creatividad el resultado no es positivo porque finalmente vendo el crédito a precio vil.

Sería muy elemental llegar a esa conclusión. La realidad es que la evolución de la gestión extrajudicial definitivamente generó enormes beneficios. No sólo del modo de contactarse con el cliente y deudor sino por la posibilidad de analizarlos, segmentarlos, escorearlos y fijar estrategias actuariales formidables.

También hay un factor super relevante para analizar la evolución de la gestión de cobranza que es el contexto económico, financiero, social y político.

No necesariamente un país con pobreza superior el 50% implica que la morosidad es altísima y la gestión de cobranza es protagonista. Solo ver Argentina en los últimos años.  La baja bancarización, la inflación muy alta, tasas aún superiores hicieron que las carteras crediticias privadas sean de las más bajas. Y si a esto le sumamos que más del 70% del otorgamiento crediticio bancario fue al Estado Nacional, podemos entender porque con pobreza e inflación la cobranza no fue protagonista.

Aun no siendo protagonista la gestión de cobranzas, los equipos profesionales de los acreedores han avanzado en el uso de canales digitales, IA para comportamiento de deudores y agudizando eficiencias cuidando mucho los costos.

¿Qué vemos hoy en los procesos de cobranzas?

Definitivamente los canales digitales son estrellas en la forma de contactar a los deudores.  Diversas variantes que hacen que la tradicional llamada telefónica es cada vez menos relevante y menos en el primer contacto.

Se suman los bots que, con buenos entrenamientos, responden efectivamente la respuesta a los disparos de los canales digitales.

Hoy los gestores de cobranzas telefónicas se están transformando en entrenadores de bots y de analistas de datos, de comportamientos y de eficiencias.

Y el contexto país…

Aun con una baja bancarización, con alta inflación, con poco endeudamiento, pero ahora con recesión, aumento de tarifas en los servicios públicos y paritarias atrasadas, desde mi punto de vista, veremos un incremento en la interrupción de la cadena de pagos y un aumento en los índices de morosidad. Inicialmente en créditos por servicios, sobre todo servicios públicos, luego impactará en el sector financiero no bancario y por último en este segmento.

Vuelven los juicios como protagonistas para la gestión de cobranzas

La mora preventiva, temprana e intermedia definitivamente son y serán custodiados por los canales digitales, los bots y data analytics.

Casi en su totalidad el proceso judicial en Argentina está digitalizado. Obviamente la pandemia fue un acelerador.  Esto quiere decir que virtualmente puedo llevar adelante un juicio.

Este grandísimo avance trajo aparejado que empresas, abogados, entusiastas de legaltech vieran una gran oportunidad con la automatización de los procesos judiciales para acelerar el impulso procesal y lograr más rápidamente medidas cautelares, notificaciones y sentencias.

En el mercado argentino existe ya una herramienta que contiene un robot para procurar, un asistente para automatizar los proveídos, una IA para sugerir el próximo paso procesal y un robot que realiza masivamente escritos y los presenta en el respectivo portal judicial.

Hoy uno de los Bancos privados más importantes acaba de redefinir su estrategia de cobranza poniendo en valor nuevamente la gestión judicial en tramos tardíos compitiendo fuertemente con operaciones de venta de carteras morosas.

Sin dudas esto trae aparejado un incremento en la efectividad y aceleramiento de los juicios que revalorizan la gestión judicial.

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