La digitalización del recupero judicial, el uso de IA aplicada a los procesos de gestión y la baja de la tasa de inflación, posicionan nuevamente al juicio ejecutivo como una herramienta de gestión de cobranza altamente efectiva.

En el pasado debe quedar aquella imagen guardada en nuestra memoria de las pilas de expedientes en papel que ciertamente atentaban contra la naturaleza (resmas y resmas de papel impreso) y los propios edificios del Poder Judicial, cuyas estructuras estuvieron permanentemente acosadas por la creciente falta de espacio para recibir nuevas causas y en más de una oportunidad comprometidas por el gran peso acumulado en sus salas y despachos.
También debemos dejar atrás la idea de un engranaje lento y pesado que se debía estar empujando, como quien quiere empujar un barco con la mano. Algo agotador de solo pensarlo.
En el pasado, también debe quedar aquella idea de dificultades para el acceso a la información y el control de la gestión por parte de los Estudio de cobranza. Esa idea de “desconexión” entre cliente, estudio y Poder Judicial.
En definitiva, es hora de dejar atrás la idea de falta de eficiencia y de eternos procesos, que motivó al mercado a abandonar el recupero judicial y optar por opciones más dinámicas y menos problemáticas como la venta de cartera para algunos, o la gestión del recupero a través de agencias de cobranza para otros.
Por suerte todo ello cambió y cambió para bien. Lentamente el ámbito judicial entendió que debía modernizarse y poco a poco comenzaron a utilizarse Mesas de Entradas Virtuales, lo cual fue revolucionario en ese momento, ya que no había que esperar a hacer la fila en un Juzgado para ver que había resuelto el Juez.
Pues bien, este camino que se pensaba transitar “lentamente”, como quien sale a pasear un domingo por la tarde, a partir del 20 de marzo de 2020 tuvo que ser recorrido obligatoria y necesariamente a toda velocidad. El ASPO obligó –entre otras cosas- a los Organismo Judiciales a implementar, ya no en forma gradual como se pensaba, sino de la noche a la mañana, un cambio rotundo en su modo de funcionar. Y así, es como nació la “Nueva Era Judicial”.
Esta nueva era es la que, entre otros cambios, sustituyó el expediente en papel por el expediente 100% digital, aquel que se inicia y finaliza sin necesidad de moverse de la PC. Es aquella que permite el seguimiento on-line del estado de los juicios a través de los distintos portales de los organismos judiciales. Es la que permite el diligenciamiento electrónico de notificaciones y trabas de embargo y es la que desterró el manejo del dinero físico por parte de los procuradores y lo reemplazó por transferencias electrónicas libradas directamente a la cuenta del acreedor. Sin dudas estos cambios no solo han dado celeridad a esta forma de recupero, sino que, además, suma facilidad a los titulares de las carteras de poder llevar el control de la gestión.
Este cambio tan profundo y favorable en el modo de litigar, sumado a las inversiones que en el mismo sentido hemos realizado los estudio para mejorar nuestros procesos a través de nuevas herramientas de gestión y el uso de IA, terminan de dar forma a esta nueva era judicial y con ello a posicionar nuevamente al juicio como aliado clave para mejorar los índices de recupero.
Esta “revolución” en la forma de hacer cobranza judicial, tuvo su mayor impacto en la reducción del tiempo de vida de un juicio y por ende de los plazos de recupero. Ello, en un contexto de baja exponencial en la tasa de inflación, tanto presente como esperada a futuro, rápidamente comenzó a transformar los rendimientos de cobranza judicial, logrando resultados que eran impensados tiempo atrás.
Así es como, con una correcta selección de los juicios a iniciar, pasamos de una cartera judicial “eterna” y “devaluada”, a una que logra alcanzar un recupero a Valor Actual Neto del capital adeudado -tomando como referencia el último REM publicado por el BCRA- del 90%.
Gracias a todos estos cambios y a la inversión que hizo Total Support en el desarrollo de un sistema de gestión de juicios hecho a medida, el tiempo de duración de un juicio se redujo en un 60% en promedio, lo cual se traduce fundamentalmente en una optimización de la rentabilidad de las carteras judiciales.
Por otro lado, siguiendo con nuestro plan de crecimiento y expansión es que en este 2025, la empresa estará desembarcando con oficinas propias en CABA. Ello forma parte del plan de inversión que tiene previsto la empresa para los próximos años, bajo el fin de seguir afianzando el vínculo con nuestros clientes y generar un espacio para nuevos negocios.
En definitiva, teniendo en cuenta esta nueva forma de hacer cobranza judicial y en un contexto económico favorable de baja de tasas, bajo la premisa de un inicio responsable, decidiendo qué y dónde iniciar, nos permite decir que en este 2025 el mejor aliado para incrementar la la cobranza es el juicio ejecutivo.
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