Ualá lanzo su primer informe sobre Inversiones de género, en Argentina, donde analiza las decisiones de las mujeres en dicha materia y evidencia los mitos y verdades sobre ellas.
Las mujeres facturan, cantó Shakira, ¿pero invierten? Se pregunta Ualá.
El reporte comienza con un dato clave: las mujeres se orientan hacia instrumentos conocidos y seguros, de ahorro y resguardo de valor al momento de invertir. La mayoría de ellas buscan evitar poner en jaque su capital. Solo un 0,5% reconoce tener un perfil de inversión arriesgado –mientras que la misma consulta en hombres arroja un resultado del 3%-.
La tendencia clave es el conservadurismo, sin embargo las más moderadas asumen una pequeña dosis de riesgos controlados. ¿En números? El 56% se define como un perfil conservador; y el 42,8% como moderada. En los productos más elegidos de reserva de valor se encuentran Fondos Comunes de Inversión –FCI-; el Plazo Fijo y el dólar.
¿Qué motiva la inversión?
El 29% de las mujeres sostuvo que el objetivo de su inversión es proteger su capital, una tendencia relevante probablemente marcada por la inflación local superior al 100%.
Pero una misma cantidad de entrevistadas sostuvo que la motivación está dada por el deseo de aprender cómo invertir iniciándose con montos mínimos.
El 25% eligió optar por “ahorrar y preservar” su poder adquisitivo. Mientras que el 15% cree obtener una renta adicional, y el 2% lo hace con el objetivo de dolarizarse.
En este punto, la mayoría de ellas se describe como “inversoras de baja tolerancia al riesgo”, en línea con el resultado de la característica más conservadora. Son cautelosas y curiosas.
Quieren eligieron las inversiones en FCI y Dólar son las más cautelosas: están cómodas con lo conocido y seguro. Sus objetivos son la casa propia y los viajes. Este tipo de inversoras se manifestó con mayor inseguridad –por el contexto económico-, tiene alta aversión a la pérdida, y le resultan complejas la utilización de nuevas herramientas de inversión.
Quienes además de elegir FCI y Dólar, sumaron CEDEARs se mostraron más curiosas por la utilización de instrumentos que nunca antes habían utilizado. Se asumen como riesgos controlados; y sus objetivos están enfocados en un rendimiento extra de su dinero. Se muestran más arriesgadas pero con montos reducidos.
El punto común de las inversiones se centró en los FCI ya que casi la totalidad de las mujeres, que participaron del estudio, dejaron en claro que a la hora de invertir buscan principalmente seguridad, liquidez, resguardo y facilidad. Además, estos, ofrecen un factor clave adicional: se pueden delegar en manos de especialistas.
¿Y los hombres?
Hemos leído más sobre ellos por lo que son mas predecibles: buscan mayores ganancias y toman más riesgos. ¿Cómo son? Soñadores y arriesgados. En que invierten? Punto y aparte con las cripto como revelación.
Los hombres que participaron del estudio no solo buscan el resguardo y la protección del capital, sino que además buscan crecimiento.
¿En que invierten ellos? Compiten cabeza a cabeza los FCI, las cripto, y los CEDEARs. Aquí la selección podía ser múltiple por lo que el empate entre las mas elegidas se dio en un 85%. Seguido en un cuarto lugar encontramos el resguardo del Dólar y posteriormente las acciones.
Los soñadores invierten en FCI; Dólar, CEDEARs, acciones y cripto. Se identifican como un inversor que busca rentabilidad para aumentar su capital. Los de perfil más arriesgados suman a sus inversiones los bonos: consideran que el patrimonio solo crecerá invirtiendo. Se cubren de la inflación con activos de riesgo dolarizados.
En resumen, el informe marca una clara tendencia en que el perfil de las mujeres es conservador y poseen menos diversificación de carteras.
Las mujeres facturan, y eso ya es un gran cambio de paradigma para una industria que historicamente estaba reservada a otro genero. El emprendurismo, la necesidad de que el trabajo genere plenitud, y desarrollar las ideas propias nos esta mostrando cada vez mas innovaciones de la mano de las mujeres. Sin embargo, la educación financiera sigue siendo uno de los principales focos a trabajar para desmitificar miedos y democratizar el acceso. Esto podría llevar a marcar una real diferencia en el sesgo de género para que todas las personas accedan a información relevante y así elegir con mayor libertad y transparencia cuál es la mejor forma de inversión para sus economías.
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