Vuelve el préstamo hipotecario, ¿cómo evolucionará la industria del crédito y las cobranzas?

Tratando de analizar el escenario económico financiero actual de Argentina, como actor y observador de la industria del crédito y las cobranzas, voy a compartirles algunos drivers que se vienen siguiendo, mezclando ideas, expectativas y posibilidades.

Con la llegada del nuevo gobierno, la actividad financiera comenzó a cambiar a pasos acelerados. Esto es producto de las decisiones políticas que comenzaron a impactar en el negocio, las tasas de referencia, la inflación, la emisión monetaria, el déficit fiscal y las perspectivas.

La Tasa de Referencia, que es el interés que fija el BCRA a los bancos para pagar los plazos fijos, es una herramienta de política monetaria, uno de los componentes que impacta en todo crédito. En los últimos años, ya habían desaparecidos los créditos de mediano y a largo plazo. Razón por la cual, el negocio de los bancos fue tomar dinero del mercado y prestarle al Estado Nacional, dejando así solo líneas de consumo para el resto de los clientes. Cabe aclara que se trataba, además de créditos cortos, a tasas altísimas.

La baja de tasa que se viene ordenando desde que asumió el gobierno de Milei, no estarían impactando en el tipo de cambio en relación con el dólar, ni en el oficial, ni en el paralelo, porque también se observa que la inflación se ha desacelerado, junto con la emisión monetaria. Por ello, mientras la tendencia se mantenga con inflación a la baja, emisión cero, y superávit fiscal, se podrá seguir apostando a la baja de la tasa de referencia.

¿Qué es lo que el mercado espera? Que siga bajando.

¿Cuál es el límite? El piso es cero.

El objetivo es liberar la oferta y demanda de dinero, en donde ya no dependa de la voluntad del BCRA, si no del libre mercado.

En este escenario, nos vamos a encontrar con entidades muy interesadas en colocar créditos en el contexto actual, porque serán mucho más rentables que los créditos de mañana. Por otro lado, a los consumidores en este escenario -y si la tendencia se mantiene-, sacar un crédito hoy les resultará más caro que hacerlo mañana.

Los créditos hipotecarios son una consecuencia de expectativas. Que hayan aparecido con rapidez (a 4 meses del cambio de gobierno) es una muy buena noticia, habla de las expectativas de un mercado que se caracteriza por ser una de las industrias que más análisis de tendencias al corto, mediano y largo plazo hace. El mercado apuesta a que esto se mantendrá, a que los arreglos de la macro economía impactarán en la micro, en la diaria de los argentinos.

Por ello desde el punto de vista del crédito, se espera un crecimiento de la oferta, en créditos personales, prendarios e hipotecarios, con una capacidad de crecimiento enorme si analizamos la relación de créditos colocados sobre el PBI y nos comparamos con nuestros vecinos en América del sur.

¿Dónde estamos?, ¿hacia dónde vamos?

El crédito hipotecario en la Argentina representa apenas el 0,2% del PBI y es el porcentaje más bajo en 80 años. En América Latina representa entre el 5 y el 10% del PBI (en Chile se acerca al 30%).

El Gobierno nacional, considera que el crédito será el dinamizador de la economía argentina, asumiendo su responsabilidad de acabar con la inflación, que depende de emisión y déficit fiscal. Este escenario será una gran oportunidad para todas aquellas empresas que resistieron los últimos años; decidieron invertir en tecnología; cuidaron sus carteras de clientes; probaron lo que funciona y lo que no. Serán los primeros beneficiarios de este nuevo modelo.

Para los que estamos en cobranzas, la historia y la realidad es distinta, porque somos los que nos enfrentamos con la microeconomía. No gestionamos expectativas, sino más bien realidades. Estamos en un fuerte proceso de reajuste económico, de sinceramiento de precios que tiene como objetivo poder encaminar la realidad hacia lo que se debería pagar. En este escenario los costos de vida crecen y el poder de los salarios decaen fuertemente, las generadoras del empleo privado se ven afectadas por la recesión, y hacen grandes esfuerzos para cuidar el salario de sus empleados.

Si bien veo un Gobierno Nacional ocupado en corregir la macro, no vemos grandes planes para cuidar al sector privado, que necesita de crecimiento sostenido. Existen muchas materias pendientes que se deben corregir para que esto pase, la carga y presión fiscal, los costos laborales, las trabas que genera el sindicalismo, la falta de crédito real y productivo.

¿Conclusiones? muy buenas perspectivas para la industria del crédito… y a resistir este proceso de transición para la industria de las cobranzas.

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