El contexto económico de El Salvador despierta interés en toda la región. Bitcoin, dolarización y un sistema “laboratorio” para testear proyectos fintech. ¿De qué se trata este ecosistema? Se lo preguntamos a Erick Chacon, Director, ASAfintech, Asociación Salvadoreña Fintech.
El Salvador es la 16ª economía en América Latina, con una población de poco más de 6 millones de personas. Según el Banco Mundial en 2021, la economía salvadoreña creció un 11,2 %, y el crecimiento se moderó hasta llegar al 2,6 % en 2022; al finalizar este 2023 y se espera que el crecimiento sea, en promedio, del 2,8 %. Hace dos años adoptó a su economía el Bitcoin; también la dolarizó. Esto, entre otras leyes y programas de inversión hicieron del país más pequeño de Centroamérica un laboratorio para testear productos fintech de empresas extranjeras.
“El gobierno de Nayib Bukele ha generado un conjunto de leyes que benefician directamente al ecosistema, comenzando por la Ley Bitcoin en Septiembre del 2021, continuando con la Ley de Activos digitales que fue emitida a principio de este año; y la Ley de Fomento de Innovación y Creatividad tecnológica que salió en Junio. Estas tres leyes han atraído a muchas empresas extranjeras a montar sus operaciones; y muchas otras que lo están analizando y explorando esa posibilidad”, explica Erick Chacon, Director de la Asociación Salvadoreña Fintech al ser consultado por los atractivos de su país para la inversión.
Lo cierto es que cada país tiene su propio camino a recorrer cuando adopta Bitcoin a su economía diaria. Javier MIlei, el nuevo presidente electo de Argentina ve con buenos ojos las políticas económicas de El Salvador. De hecho Nayib Bukele, presidente de aquel país estará en su asunción el próximo 10 de diciembre.
-Hemos escuchado en el Argentina Fintech Forum que El Salvador fue uno de los países más destacados, incluso Tim Draper los elogió como ejemplo a seguir para la región
Es interesante. Cada ecosistema tiene su particularidad, en el caso de El Salvador tenemos el Bitcoin como nuestra más notoria diferencia en relación en los demás mercados; y también nuestro gobierno es bastante especial, ya todos saben que tenemos con Bukele un gobierno distinto.
-Es un modelo que Argentina está mirando ahora con más atención…
Ya tiene 4 años, está por presentarse a reelección y creo que sin dudas va a ser reelecto. He escuchado que Javier Milei aquí tiene una proyección de desarrollo a largo plazo, pero en nuestro caso no esperábamos que pudiera hacerse tan rápido y sucedió. La velocidad la establece la ejecución que el presidente y su gabinete pueden lograr.
-¿Cómo impactó este cambio en la industria fintech?
Nuestro ecosistema está posicionado más del lado en estas empresas extranjeras que por el lado nacional. Tenemos un registro de empresas en el Banco Central de Reservas que tiene que ver con servicios Bitcoin: hay 107 empresas registradas. De las empresas de activos digitales se registran 13 compañías más. Restan unas 60 fintech de otras modalidades.
-¿Por qué cree que sucede esto, que hay una predominancia de compañías extranjeras por sobre las locales?
Hay un sesgo político, por un lado; y por el otro no somos un país tecnológico aun… estamos en proceso de formarnos. Si bien estamos en un proceso de digitalización, no somos un país tecnológico, sino en vías de formarnos, digitalizarnos, y esto requiere mucho trabajo educativo. Nosotros queremos colaborar, con esta incubadora fintech, a ese fin.
-¿Cómo es el trabajo de la asociación para apoyar al local e incentivar al extranjero?
Somos una asociación gremial en la que la Junta Directiva tiene establecido que va a estar compuesta por founders fintech. Las empresas extranjeras las admitimos como miembro, pero no tienen derecho a voto. Están llegando por si solas, no tenemos actualmente un trabajo de búsqueda; vienen por la promoción y visibilidad que le está dando el gobierno. Muchas de ellas en principio vienen a explorar y luego deciden quedarse para sus operaciones.
Hay un ejemplo de Argentina que es Lemon Cash con operaciones en nuestro país y ha resuelto importantes problemas que tenían por las regulaciones locales de su país de origen.
-Y de parte de los consumidores ¿qué verticales son las más demandadas?
Somos un mercado pequeño, de 6 millones de personas. A una fintech como billetera le cuesta llegar frente a un mercado tan reducido y lo que hemos visto es que las empresas llegan, montan proyectos, los prueban, y lanzan soluciones para testear luego en el mercado real. Nuestra economía es dolarizada, tenemos bitcoin y mucha influencia de costumbres americanas y se ha vuelto un mercado interesante para hacer ensayos y laboratorios para luego replicar en mercados más grandes.
-¿Esto le suma al ecosistema o preferiría que se queden?
Veo que somos un país como Panamá o Suiza, que son mercados pequeños que por sí solos no tienen potencial de generar punto de equilibrio para un banco –por ejemplo-, pero tienen una operación muy especializada y un gran número de empresas operando en su mercado pequeño para mercados más globales. El conjunto de leyes que tenemos ahora mismo está orientado a eso, a que las empresas puedan operar desde El Salvador y hacia cualquier mercado, como hizo Lemon Cash.
-¿Qué proyecta para la Asociación en los próximos meses?
Tenemos muchísimos proyectos, pero entre ellos estamos trabajando para nuestro primer Fintech Forum. También tenemos un proyecto de incubadora fintech por el problema estructural local: los extranjeros ven las oportunidades pero los locales aun no –como mencionaba anteriormente-, por lo que debemos trabajar en un proceso de educación.
-Este año, además, tendrán mayor participación en la Alianza Fintech Iberoamérica…
Si, la Alianza se reunió para su asamblea anual para elegir nuevo presidente, y tenemos ya una silla en el comité de ética, así que el próximo año esperamos proyectar en ese sentido.
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