En el mundo empresarial, una gestión financiera eficiente no solo garantiza estabilidad, sino que también puede marcar la diferencia entre el éxito y la pérdida de oportunidades.

A lo largo de mi experiencia, he identificado dos errores recurrentes que afectan la salud financiera de las empresas y que, con una buena estrategia, pueden corregirse fácilmente.
Fondos mal invertidos: un activo que pierde valor
Muchas empresas tienden a acumular dinero en caja sin darle un destino productivo. Es común ver fondos en instrumentos de Money Market durante largos períodos cuando podrían estar generando mejores retornos en otras alternativas. Una gestión financiera efectiva implica evaluar constantemente el uso del capital para que cada peso trabaje a favor del negocio y no se quede inmóvil perdiendo valor frente a la inflación o costos de oportunidad.
Falta de visibilidad sobre opciones de financiamiento
Otro error frecuente es no tener un mapa claro de las posibilidades de financiamiento disponibles. Conocer el costo financiero total, las opciones en bancos y en el mercado de capitales, así como evaluar constantemente las condiciones de financiamiento, permite tomar decisiones más inteligentes. Muchas veces, acceder a un crédito en el momento adecuado puede convertirse en un impulsor de crecimiento en lugar de una carga. Para ello es clave conocer el plan de acción de la compañía, el bien a comprar o el proyecto a llevar a cabo. De esta forma, podremos adecuar el financiamiento al proyecto a ejecutar.
Una estrategia financiera inteligente
Optimizar estos dos aspectos no solo mejora la gestión del efectivo, sino que también abre la puerta a generar rentabilidad adicional y mejorar indicadores clave como el EBITDA. En un contexto como el argentino, donde los costos aumentan constantemente, cada decisión financiera cuenta.
Para abordar estos desafíos, es clave implementar una estrategia financiera integral. Esto implica optimizar el capital de trabajo con inversiones que equilibren liquidez y rentabilidad, además de establecer un monitoreo continuo de las opciones de financiamiento. Mantenerse informado y asesorarse con expertos permitirá no sólo evitar errores comunes, sino también transformar la gestión financiera en una ventaja competitiva.
Las finanzas bien gestionadas no son solo una cuestión de números, sino de estrategia y visión de futuro. Evaluar el uso del capital y conocer las oportunidades disponibles es fundamental para asegurar el crecimiento sostenido de cualquier empresa.
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