2024 sin bandas magnéticas

Mastercard anunció que el próximo año dejará atrás a la banda magnética en sus plásticos.

El fin de la banda magnética | FREEPIK

Si bien el anuncio se venía manejando hace unos años atrás, la empresa finalmente se comprometió al gran cambio: Mastercard ya no incluirá bandas magnéticas en las emisiones de tarjetas desde 2024.

Seguridad y evolución son las claves del cambio. Esta solución viene a darle batalla al clásico método de fraude: clonación de bandas.

“Debido a la disminución de los pagos con banda magnética tras la implantación de los pagos con chip, las nuevas tarjetas de crédito y débito de Mastercard no tendrán que tener banda magnética a partir de 2024 en la mayoría de los países. En 2033, ninguna tarjeta de crédito y débito de Mastercard tendrá banda magnética, lo que deja un largo camino para que el resto de los socios que aún dependen de esta tecnología introduzcan progresivamente el procesamiento de tarjetas con chip”, informan desde el sector de prensa de la compañía.

Lo que se viene

Mastercard planea implementar un sistema biométrico para verificar la identidad de los usuarios y confirmar las transacciones en el momento.

De esta manera los nuevos plásticos combinaran la tecnología del chip electrónico con la huella dactilar que los titulares de cada tarjeta. Este cambio está proyectado para el 2027 a nivel mundial.

Evolución

Muchos recordarán que los primeros años de las tarjetas de crédito eran bastante manuales, por no decir prácticamente artesanal.

En la tienda se debía tomar nota de los datos de la tarjeta para registrar la venta, hasta que llegó la famosa máquina de impresión que copiaba la información del plástico a un block de pocas páginas con papel carbónico. Si recordás aún ese sonido, sabrás que se le llamaba zip-zap. ¿Cómo saber si la compra había sido aprobada? Pues debías esperar al resumen del mes  que llegaba con el detalle de las cuentas morosas.

Pero en los años ´60 llegó la innovación de la mano de IBM: la banda magnética. Esta tecnología permitía a los bancos codificar la información del plástico en una banda magnética  laminada en el reverso. ¿La inspiración? Grabaciones de audio y almacenamiento de datos.

Miles de millones de tarjetas la mantuvieron por décadas, pero el chip vino a acompañar a la banda sin dejarla de lado. De hecho es algo que aun sucede… si el chip no es reconocido por la terminal, aun puede pasarse la banda por el lateral del aparato como última opción.

El chip crea un código único para cada transacción que es validado por el banco emisor para garantizar que se utiliza una tarjeta auténtica. Esta tecnología también aumenta la seguridad de los datos del titular de la tarjeta.

Es el gran ganador en esta historia: actualmente los chips EMV se utilizan en el 86% de las transacciones presenciales con tarjeta en todo el mundo.

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