“Vivimos en un mundo digital pero no le exigimos cambios a la Justicia”

Así se refirió el académico Andrés Gil Domínguez al analizar a las nuevas generaciones de profesionales en formación. Sin embargo destacó que las soluciones que se vienen son “necesariamente digitales”.

Andres Gil Dominguez, abogado constitucionalista | CMS GROUP

Conversamos con el abogado constitucionalista tras su participación en el Legal Tech Forum 2023 organizado por CMS Group el 17 de agosto. Abordamos su concepto de Constitucionalismo Digital; la importancia de aplicar Inteligencia Artificial en el sistema judicial; la aplicacion del mundo digital en la justicia y los cambios que espera ver en esta nueva Revolución Digital que estamos viviendo.

-Es muy novedoso escuchar el concepto de Constitucionalismo Digital en el marco de una justicia tan manual y de manual ¿Cómo surge esta idea?

– Cuando empezás a entender la tecnología y la verificas con la construcción del Derecho Constitucional -tal cual lo conocemos hasta acá- te das cuenta de que hay un desfasaje enorme desde el punto de vista normativo, filosófico, desarrollo científico-tecnológico y desde el punto de vista de la tecnología que es parte de nuestras vidas pero que está totalmente alejada de la mirada del derecho constitucional que sigue observando un mundo que es analógico y antropocéntrico.

– ¿Como es este nuevo constitucionalismo?

-Es singularista, transhumanista, deconstructivo, no antropocéntrico, y sostenido sobre –como mínimo- un mundo h íbrido donde aquel homo sapiens al cual se pensó para otorgarle derechos fundamentales y derechos humanos ya ha cambiado considerablemente con la aparición del Smartphone.

Esto hace que sea necesario empezar a reconfigurar la mirada del derecho constitucional porque si no seguimos hablando de cuestiones que han quedado en un archivo y que no son parte de nuestra vida cotidiana.

-¿En qué momento crees que estamos de esta evolución/revolución?

Yo creo que estamos en la época de las pinturas rupestres, pero a diferencia de lo que pasaba cuando en las cavernas se pintaba, el factor de aceleración hoy hace que todo vaya a suceder mucho más rápido.

¿Qué sigue? ¿Qué falta? ¿Que nos falta a nosotros como país?

Argentina necesita tener una política de estado basada en el desarrollo científico-tecnológico, en lo que es economía del conocimiento, investigación en tecnología. Podríamos tener un ingreso similar a Polonia de exportación de economía del conocimiento que es de 25 mil millones de dólares al año y hasta hace poco acá era de 2 o 3 mil millones de dólares al año.

Con eso podríamos enfrentar los graves problemas de desigualdad social que tenemos, en los que 40% de pobres es una indignidad para toda una sociedad. Sin embargo nadie habla de esto-.

-¿Lo ves posible?

Ni el estado ni el sistema de justicia han desarrollado seres tecnológicos que hagan que el estado funcione de la misma manera que vivimos nuestros días todos nosotros.  Fundamentalmente todo este proceso ha sido impulsado por privados.

-Aplicas en el ámbito académico el uso de IA, ¿Qué resultados observas? ¿Por qué crees que necesario llevarlo a las aulas?

Yo lo uso y lo habilito en todos mis ambientes –laboral, docencia-. Me da vergüenza usar pizarrón… tengo a todos mis alumnos trabajando con chat, con Google, buscando qué dicen las definiciones conceptuales de lo que yo escribo en ese pizarrón. No me da miedo, estamos en una etapa co-evolutiva en la que la última palabra la seguimos teniendo las personas.

Es lo que sucede hoy, o debería hacer un juez en relación al personal que tiene en su juzgado. Tienen una causa que se va tramitando y en un momento esta quien realiza el chequeo, hay un secretario que le hace un proyecto… pasa que esto a veces tarda 1 año, y con IA lo podrían hacerlo en 15 minutos.

-¿Qué respuesta ves en estas nuevas generaciones que hoy se están formando?

Son generaciones que viven en este mundo digital pero que todavía no le exigen a la justicia demasiados cambios. En algún momento si esta no otorga soluciones, porque sigue anclada al mundo analógico, van a ir a soluciones digitales.

A pequeña escala esto ya sucede con Derecho al Consumidor, por ejemplo. Va a llegar el momento en el que no vamos a ir más a la justicia, ¿para qué hacerlo? Si vas a poder tener un oráculo digital que te solucione algo de manera más justa, rápido y menos costosa.

-¿Sirvió de algo la pandemia como semilla de cambio en el sistema judicial y la aplicación de tecnologías?

La pandemia, al igual que la IA, tiene un lado oscuro y un lado luminoso –como dice mi amigo Juan Corbalán-. El lado oscuro fue todo lo que padecimos. El luminoso fue el factor de aceleración de la sociedad a nivel global donde cambió la percepción incluso del tiempo, cambió para siempre las relaciones humanas, y en el caso de la justicia –a pesar de su atraso-implicó una gran evolución. Si no hubiese sido por el covid seguiríamos siendo una justicia papelizada, teniendo que ir todos los días a tribunales, con los ascensores atestados de gente, escaleras en las que no se podía circular, con despachos atrasadísimo… desde ese punto de vista fue muy positivo.

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