Cómo ayudar a los CEOS a adaptarse a adoptar la tecnología

La “vuelta al cole” siempre es motivo de alegría para unos… y de agobio para otros. Lo que resulta innegable es que, para todos -personas, alumnos, organizaciones y sobre todo empresas- es el mejor momento de reflexión para pensar, plantear y a partir de los resultados y aprendizajes del pasado, empezar a planificar el año nuevo que va a empezar.
En esta ecuación, la variable Inteligencia Artificial, ¿aparece o nos da miedo incluirla? La “congelamos” o la relegamos al equipo de IT para que haciéndose un ovillo, vaya entreteniéndose en POCs (Proof of Concept) sin que salga nada de valor. La despejamos instalando una solución de IA generativa al uso (Copilot, Gemini, Chat GPT, etc.) en algún departamento para decir a bombo y platillo que ya estamos ¡Digitalizados! Todas estas opciones son las más comunes y desgraciadamente las que me encuentro en el más del 80% de empresas que he tenido el placer de asesorar.
Aquí van algunos datos. Según el último informe del Banco de España: “Aunque la adopción de IA avanza rápido en España, el uso realmente adecuado y eficiente se encuentra en torno al 11-12% del total de empresas, siendo mucho mayor dentro de las grandes compañías y sectores tecnológicos” o si queremos “Casi el 20 % de las empresas españolas encuestadas emplean sistemas de IA, tasa inferior a la de Alemania, pero superior a la de Italia, si bien en la mayoría de ellas el uso de la IA se encuentra aún en una fase experimental.”
Todo esto demuestra que la IA sigue siendo la Asignatura Pendiente. Cuando somos conscientes de nuestras carencias y que nos faltan ciertas capacidades, lo mejor es recuperar los viejos libros de management y sobre todo de filosofía: “El que desea aprender, muy cerca está de saber”. “Desaprender para aprender, todo es quehacer”.
Estamos ante un nueva necesidad de alfabetización, no sólo de nuestros empleados y equipos, sino especialmente de los que sois C Levels. Aquellos que tomáis decisiones cada día, que analizáis tendencias, que intentáis anticiparos a las necesidades del cliente, que manejáis una Cuenta de Resultados, que invertís en un proyecto o dejáis de apostar por una tecnología. En un mundo que gira cada vez más rápido, cada vez más volátil e impredecible, lo más fácil es quedarse quieto, mirando el corto plazo y seguir haciendo lo mismo, sin complicarse la vida.
Pero hay una alternativa más valiente, más sensata, más estratégica y sostenida: construir puentes con la tecnología, aprender a adaptarse a la Inteligencia Artificial y adoptarla. ¡Aviso a navegantes! No es un proceso lento ni sencillo. No hay un mapa del tesoro que nos lleva directos a la cruz, pero a las empresas que han empezado este viaje bien acompañados por un marinero y su Cuaderno de Bitácora, lleno de experiencias, aprendizajes, errores y fracasos fraguados en rutas similares, gestionando mares de datos, desarrollando modelos de ML, prediciendo comportamientos, personalizando ofertas, bien les ha valido (y les está valiendo) el esfuerzo y la recompensa.
La primera tarea a realizar, incluso antes de zarpar, es decidir la ruta, el destino, qué caso de uso queremos solucionar. A día de hoy lo importante no son las respuestas, la tecnología nos lo ha puesto fácil y accesible. Lo necesario más que nunca, es contar con personas con experiencia para formular las preguntas correctas.
El primer puerto, como muchos de vosotros ya sabéis, es el mundo de los Datos. Muchos han sido los navíos intrépidos que se han embarcado en los últimos 3 años directamente a implantar aplicaciones de IA, especialmente generativa, sin encontrarse nada más que solos en alta mar, sin un aterrizaje de valor a tierra firme. Otros, los más listos y no siempre los primeros, han sabido reconocer la dificultad y la larga duración de la travesía, preparándose antes para ello: Datos mapeados, integrados, de Calidad contrastada.
El segundo puerto, habiéndolo previsto también antes de hacerse a la mar, es el del Talento. Aquí no hay soluciones magistrales. Combinar el saber hacer interno (reciclado con formación) con sangre nueva, contratada o subcontratada, ¡será la mejor tripulación! El tercero, la Gobernanza. Tanto del Dato, imprescindible para definir la responsabilidad de cada ecosistema de datos (y no, ¡no es IT!), definir correctamente quién hace qué en cada fase del Ciclo de vida del Dato: Calidad, Trazabilidad y Seguridad del Dato; como Gobernanza de la IA, tan necesaria para gestionar, ordenar, valorar y priorizar todas las peticiones de desarrollo de aplicaciones de Inteligencia Artificial.
El cuarto, y a la postre el más crucial, es el de analizar los procesos end to end de la empresa, tanto los de la cadena de valor, como los de la cadena de suministro. Imprescindibles para identificar qué uso, qué áreas de mejora, qué oportunidades de negocio y de mejora de eficiencia se esconden detrás de ellos y cuáles y cómo se pueden mejorar con el uso inteligente de los datos. El quinto y último, y como era de suponer, el más difícil de conquistar ¡es el de la Cultura! Es el puerto más difícil. Suele estar resguardado de las inclemencias externas y le cuesta mucho cambiar y evolucionar, pero es la palanca más poderosa, la que consigue que las cosas se hagan, que las personas vean la oportunidad de cambiar y evolucionar su manera de pensar, interaccionar y en definitiva de accionar.
Si conseguimos realizar toda la ruta con éxito, paciencia y asesorados, probablemente llegaremos a destino. El viaje suele durar entre uno y dos años, dependiendo de la inversión, prioridad y dedicación. Lo importante es aprender por el camino. Mientras vamos creando las infraestructuras de una organización Data&AI Driven (Datos, Reingeniería de procesos, Data Governance, AI Governance, Oficina del Dato, etc.) iremos levantando casos de uso para demostrar y demostrarnos que estas estrategias son rentables, mejoran la productividad y los resultados ¡sin olvidar los valores de una empresa ESG!
¡Todo el mundo a bordo, zarpamos!
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