Maria Haddad: “Aplaudo la regulación porque está poniendo sentido común a la sostenibilidad y la está concretando en temas más particulares”

El pasado 12 de diciembre tuvo lugar la segunda edición del Foro de Sostenibilidad, organizado por CMS Europe y con el apoyo estratégico de Verifica – part of B2 Impact, con el objetivo de crear un espacio para discutir y promover un sector del crédito más sostenible.

En el marco de este encuentro, el equipo de Open Hub News tuvo la oportunidad de entrevistar a Maria Haddad, CEO de Verifica (B2 Impact en España) y anteriormente Chief Brand and Sustainability officer del grupo B2 Impact. La profesional fue una pieza clave en el encuentro: participó en la presentación de las conclusiones del segundo ““Barómetro sobre la implementación de Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en el ámbito financiero en España”, estudio llevado a cabo por Carles Agustí, ODS Manager en la International Federation of Global and Green Information Communication and Technology (IFGICT). Además, fue la moderadora de la mesa de debate enfocada a abordar la siguiente temática: “Una nueva era del reporting corporativo y del profesional de sostenibilidad en el sector financiero, junto a directivas de  DIRSE (Asociación Española de Directivos de Sostenibilidad)S&P GLOBAL RATINGSQUIEROONEY.

Así pues, en la entrevista exclusiva, la experta nos explica la materialidad de distintos actores del sector, así como la rentabilidad y la regulación de la sostenibilidad, factores que nos están llevando a avanzar en gran medida.

¿Cuál es tu perspectiva sobre la situación actual del estado de la materialidad ESG en los diferentes actores de la industria financiera (bancos, fondos, servicers, Fintech, instituciones, etc.)?

La primera reflexión es: ¿qué es la materialidad? y no es más que el conjunto de aspectos -en este caso ambientales sociales y de gobernanza- que tienen un impacto en la rentabilidad de la empresa o de sus grupos de interés. Entonces, cada uno de los participantes o actores que me estás mencionando tiene su propia materialidad. Por ejemplo: el banco tiene una materialidad distinta a un fondo de inversión. ¿Por qué? Porque al final se trata de recoger cuáles son las materias que son de importancia a cada uno de ellos. Materialidad al final quiere decir aspectos relevantes, importantes.

También hay diferentes grados de madurez. Los bancos están muy adelantados en cuanto a identificar su materialidad y hacer su correspondiente matriz de materialidad. Y, a partir de ahí, que es lo que debería pasar en el resto de industrias también, la materialidad lo que te permite es conocer ese contexto de sostenibilidad. Y lo que te permite además es marcar la estrategia para los siguientes ejercicios. Los bancos están muy avanzados en todo esto, porque no deja de ser una herramienta estratégica imprescindible en las organizaciones más avanzadas.

¿Y los fondos?

Depende de qué fondo hablemos y de los partícipes de los fondos, si están concienciados o no. La materialidad puede variar. Es verdad que formamos parte de su cadena de valor, como servicers, y, por lo tanto, cuando hagamos nuestra materialidad, nosotros, un servicer, evidentemente vamos a incluir en ese análisis de materialidad los bancos, porque son clientes.

Queremos escuchar qué es importante para el cliente respecto de nuestra actividad. Lo incluimos en nuestro análisis de materialidad. Para mí los bancos van muy por delante de todos los demás actores que me estás mencionando. Luego tienes que tener en cuenta también que la nueva directiva incluye una cosa muy importante, que es la doble materialidad: financiera y de impacto (cómo el entorno impacta en la empresa y cómo las actividades de ésta afectan al ecosistema en el que opera).

Esa doble materialidad tiene que ir al informe anual de sostenibilidad. Entonces eso nos va a obligar también a muchas más entidades a tener que llevar a cabo el análisis de materialidad.

“La nueva directiva incluye la doble materialidad: financiera y de impacto (cómo el entorno impacta en la empresa y cómo las actividades de ésta afectan al ecosistema en el que opera)”

Maria Haddad

¿Cómo y qué estrategias responsables pueden aplicar las instituciones para abordar los desafíos ambientales, sociales y de gobernanza, mientras siguen brindando soluciones financieras rentables?

La sostenibilidad, desde mi punto de vista, debería estar embebida en el negocio, en la estrategia de negocio. La realidad es que eso hoy no ocurre de manera general. Solamente las grandes corporaciones han empezado a tener conciencia de ello. Y esto la pandemia lo ha facilitado, la verdad. Es decir, después de la pandemia hemos dado pasos de gigante en el avance de la sostenibilidad. Pero, solamente las grandes corporaciones están embebiendo la sostenibilidad directamente en su estrategia. Y más allá de la estrategia, que puedan estar contemplándola en la toma de decisiones las más pequeñas, no te digo que no. Unas compañías más avanzadas que otras pueden estar incluyéndolo, pero esto es una cascada.

Al final es una cascada que va a top down, es decir, va desde el consejo de Administración concienciado con los asuntos sostenibilidad, con los riesgos ESG, el control desde la parte del Consejo, y tiene que caer en cascada en toda la organización.

De hecho, lo recomendable es que exista una Comisión de Sostenibilidad independiente, igual que existe una comisión de auditoría, por ejemplo. O, a lo mejor, que esté integrada la sostenibilidad dentro de la de auditoría, pero que esté de alguna manera controlada, porque los mecanismos de control van a evitar también que nos lleve al greenwashing.

Esto nos lo está pidiendo también la directiva. La directiva introduce un elemento nuevo también que es el agente verificador. Igual que se auditan cuentas, pues al final de lo que se va a tratar es de equiparar la información no financiera a la financiera. Igual que tenemos auditores para las cuentas de las compañías vamos a tener verificadores.

Lo llamo verificador porque, aunque hoy está debajo del ICAC, que es el organismo nacional que tiene que supervisar a los auditores de cuentas, en teoría van a ser ellos y otros agentes los que van a poder certificar esa sostenibilidad dentro de las organizaciones.

¿Y, cómo se puede abordar esta integración de todos los objetivos sostenibles en las pymes, que a lo mejor no es su prioridad o no tienen tantos recursos?

Para las pymes quizás no sea su prioridad, pero se lo van a exigir sus clientes directamente, que probablemente sean corporaciones más grandes que exigen que en su cadena de valor se cumplan ciertos criterios. Por lo tanto, aunque la pyme no le dé importancia, su propio cliente se lo va a requerir.

¿Se trata de una obligación derivada, no?

Puede entenderse como tal. Por eso hablábamos también ayer en el Foro de Sostenibilidad de que esto va de integración. La sostenibilidad aplica a toda la cadena de valor. Y al margen de dónde estés en esa cadena de valor, te va a tocar. Entonces más vale verlo, no como nichos, sino como cadena de valor, de participación y de colaboración.

“Después de la pandemia hemos dado pasos de gigante en el avance de la sostenibilidad, pero solamente las grandes corporaciones están embebiendo la sostenibilidad directamente en su estrategia”

Maria Haddad

Se prevé que para los próximos 10-15 años veremos más cambios en materia de sostenibilidad que en los últimos 50 años. Esto supondrá una revolución en la manera de trabajar y en los perfiles profesionales. ¿Cuál crees que será la situación real?

Como te he comentado, yo creo que con la pandemia hemos dado pasos de gigante. Empezamos a tomarnos mucho más en serio especialmente la S de las siglas de ESG. Creo que hemos avanzado considerablemente también en la introducción de la regulación, porque antes fundamentalmente estaba la directiva de información no financiera (NFRD) que tardamos cuatro años transponerla al ordenamiento jurídico (Ley 11/2018) y tenía muchas limitaciones.

Ahora con la nueva directiva (CSRD) que sustituye a la anterior y parece habrá una transposición directa al ordenamiento español, los requisitos en la elaboración de los informes de sostenibilidad son más rigurosos. Yo aplaudo la regulación porque está poniendo sentido común a la sostenibilidad y la está concretando en temas más particulares.

Entonces, todo esto facilita que avancemos. Antes era más difícil avanzar porque entre otras cosas no teníamos ni estándares comparables obligatorios. La gran mayoría trabajamos en GRI, pero podías utilizar otros. Ahora con los nuevos estándares europeos (ESRS) que aparecen en el marco de la Directiva sobre información Corporativa en materia de sostenibilidad (CSRD) sí podremos hacerlo pues el objetivo es mejorar precisamente la comparabilidad y la transparencia de la información sobre sostenibilidad que publican las empresas. Este nuevo marco va a ayudar a cambiar la manera de trabajar y son necesarios nuevos perfiles.

¿Y cómo de rápido haremos este avance?

Existe un calendario de aplicación de los estándares de reporting (ESRS), progresivo en función del tamaño de empresas y aquellas con base en terceros países que tengan empresas dentro de la UE.  La realidad es que tenemos un tsunami regulatorio que empieza a querer luchar contra el greenwashing, incluso desde la Comisión Europea. Tenemos también unas agencias de rating en medio que aunque no estén reguladas, también la Comisión Europea quiere controlar… Al final el objetivo de todo esto es que haya una mayor transparencia en el mercado que va a ayudar a todos. Lo que no sé es lo rápido, pero que hemos avanzado y estamos avanzando considerablemente, eso desde luego.

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