El nuevo estudio de Atmira y la comunidad YouSIREC, que representa al 80% del sector del recobro, revela un ecosistema en transformación: la IA es ya un eje estratégico reconocido, aunque su impacto aún no alcanza todo su potencial operativo.

El informe sobre el Grado de Adopción de IA en Collection, elaborado por Atmira en colaboración con la comunidad YouSIREC, ofrece una radiografía precisa del estado de madurez de la Inteligencia Artificial en el sector del recobro español. En el estudio ha participado el 80% del sector, lo que permite dibujar patrones consistentes y extraer insights relevantes sobre cómo se percibe, planifica e implementa la IA en este ámbito.
En un contexto donde la tasa de morosidad se mantiene en niveles significativos (2,97% en junio de 2025, según el Banco de España), la IA se presenta como un motor clave para la eficiencia. Su promesa es clara: puede reducir los tiempos de recuperación hasta en un 40% o mejorar en más de un 18% el recobro de clientes sin contacto previo.
El estudio confirma que la IA ha sido reconocida por la mayoría de las organizaciones como un eje fundamental para el futuro del Collection. Muchas de ellas han iniciado ya pasos firmes hacia su adopción, con casos de uso en marcha y una percepción generalizada de su valor estratégico. Aunque el impacto efectivo todavía no ha alcanzado todo su potencial, la mayoría de los líderes del sector lo sitúan en un nivel de “bastante impacto”, lo que evidencia una base sólida sobre la que construir.
El informe introduce el Índice de Adopción en Inteligencia Artificial en Recobro (IAIAR), que sitúa la aplicación media de prácticas de IA en un 52%. Esto indica que el sector ha superado la fase exploratoria, pero aún no ha logrado una adopción transversal. Solo el 21% de las prácticas se aplica de forma completa y un 31% de manera parcial.
El consenso estratégico es alto —el 92% de los encuestados reconoce la importancia de la IA—, pero los beneficios tangibles avanzan a menor ritmo. Este desfase responde a la complejidad operativa y regulatoria del sector, donde la IA actúa más como refuerzo funcional que como un motor capaz de transformar el modelo de negocio.
El “suspendido” operativo: el gran reto de la ejecución
De las cinco dimensiones que analiza el IAIAR (Habilitadora, Estratégica, de Talento, Legal-Regulatoria y Operativa), esta última obtiene la peor puntuación: 41% de aplicabilidad. Las demás se sitúan entre el 54% y el 56%, evidenciando que la verdadera brecha está en la ejecución.
Las prácticas más extendidas son las más sencillas, como la automatización de primeros contactos o la medición básica de resultados. En cambio, las que implican inteligencia avanzada, como la detección temprana de riesgo (11%) o el análisis del tono y emoción (13%), son todavía marginales. Además, un 33% de las organizaciones reconoce no aplicar prácticas operativas de IA por falta de medios.
Uno de los hallazgos más relevantes del informe es que el freno no está en la tecnología, sino en su falta de orquestación. Las empresas cuentan con herramientas e infraestructuras, pero carecen de una visión integradora que conecte procesos, talento y regulación. Como resume el estudio: “La buena noticia es que no falta tecnología; falta coherencia.”
El camino pasa por alinear las capacidades tecnológicas con los procesos humanos y normativos, rediseñar modelos operativos y desarrollar nuevos KPIs relacionales que midan la calidad y personalización de la interacción con el cliente, más allá de la eficiencia básica.
El estudio refleja, en definitiva, un ecosistema dinámico y en movimiento, donde la adopción no se frena, sino que avanza con cautela y visión de futuro. No se trata de resistencia, sino de una transformación progresiva que busca consolidar el impacto real de la IA en el recobro. Las organizaciones que logren integrar coherentemente las cinco dimensiones del IAIAR serán las que definan la próxima generación del recobro inteligente en España.
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