Medir riesgo y rentabilidad en bancos, una sopa de letras

La medición de rentabilidad de un banco es una de las medidas más importantes porque indica qué tan bien gestionado está, pero también parece una sopa de letras: ROA, ROE, RORWA, RAROC, RORAC, RARORAC…

Las medidas clásicas son el ROA (Return on Assets, es decir la utilidad del año / los activos del banco) y ROE (Return on Equity, es decir la utilidad del año / el patrimonio del banco).

Sin embargo, estas métricas pueden ser engañosas porque para conseguir esas rentabilidades puede que el banco esté asumiendo riesgos inmensos que solo serán evidentes cuando se materialicen. Por ejemplo, imaginen un banco que solo le presta a empresas que hacen desarrollos inmobiliarios. En los años buenos todo irá bien y el banco demostrará rentabilidades importantes. Pero en los años malos, en que los desarrollos inmobiliarios se frenen, el banco del ejemplo podría quebrar.

¿De qué se tratan estas métricas?

Para poder incorporar el riesgo en la medición de rentabilidad, académicos y banqueros han creado varias métricas cada vez mas usadas. Estas son…

RORWA (Return on Risk-weighted Assets o Retorno sobre Activos ajustados por Riesgo)

Esta métrica es la evolución del ROA y reemplaza activos por activos ajustados por riesgo. Para calcular los activos ajustados por riesgo de una entidad se multiplica cada tipo de activo por unos factores que el regulador establece. Así por ejemplo activos de bajo riesgo como bonos soberanos AAA se ponderan por 0 y otros activos de alto riesgo como créditos vencidos sin provisión se ponderan por > 100%. El concepto de RWA es muy usado para fines de supervisión regulatoria.

RAROC (Risk-adjusted Return on Capital o Retorno ajustado al Riesgo sobre Patrimonio)

Esta y las siguientes son evoluciones del ROE. En este caso matiza el retorno del banco con las pérdidas por riesgo esperadas, en lugar de las históricas. De esta forma, si el banco, hizo un crédito a un cliente de riesgo alto que todavía no ha incumplido, se considerará esta expectativa alta de pérdida y no las pérdidas inexistentes del año anterior. Los bancos usan esta métrica para poner precio a sus créditos cuando las exigencias regulatorias de capital son muy altas, de tal forma que asegure que ese capital se rentabilice. Si no, este es un primer paso en el camino de medir rentabilidad ajustada al riesgo, pero no es el estadío final.

RORAC (Return on Risk-adjusted Capital o Retorno sobre Capital ajustado al Riesgo)

Reemplaza el patrimonio contable del denominador del ROE por el capital económico, es decir aquél que se necesitaría en un contexto de stress para los negocios del banco. El capital económico intenta cubrir las pérdidas no esperadas, es decir aquellas que ocurren en situaciones muy extremas, del orden de una vez cada 50 ó 100 años. Al igual que el caso anterior, este es un primer paso en el camino de medir rentabilidad ajustada al riesgo, pero no es el estadío final.

RARORAC (Risk-adjusted Return on Risk-adjusted Capital o Retorno ajustado al Riesgo sobre Capital ajustado al Riesgo)

Esta opción combina las dos anteriores, ajustando por riesgo tanto numerador como denominador del ROE. Esta métrica es muy usada para determinar dónde están las fuentes de valor reales para el banco y tomar decisiones estratégicas.

Estas métricas se usan para evaluar la salud de un banco, pero también durante la gestión del mismo. Por ejemplo, los bancos evalúan otorgar cada crédito usando estas métricas, estimando el retorno ajustado al riesgo y el capital económico que consume cada cliente. También toman decisiones estratégicas respecto a entrar o salir de segmentos.

De esta forma intentan tomar decisiones y reflejar en su información su postura real de rentabilidad y riesgo.

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