Educación financiera… estamos haciendo todo mal

Educación financiera no es solo saber de finanzas. Para mi gusto sobran economistas y faltan educadores. ¿Quién se puso a pensar en el “cómo”?

Se dice que a partir de la crisis de 2008 los países y los organismos internacionales comenzaron a poner el foco en la educación financiera de los ciudadanos, lo que se potenció con la digitalización de las finanzas durante la pandemia. 

Toda la industria financiera argentina y afines -bancos tradicionales, fintech, aseguradoras, gobiernos, ONG y start ups- se subieron a la oleada y así se multiplicaron los blogs y los cursos asincrónicos. Aparecieron expertos en finanzas con “vocación” de explicar sus conocimientos en cuanta plataforma hubiera disponible. 

Ahora bien, si un diseñador gráfico ejerce la medicina, lo denuncian. ¿Pero por qué cualquier economista o experto en finanzas puede ejercer la docencia sin haber siquiera leído un libro de educación, sin conocer técnicas, metodologías, o a sus principales referentes? 

Es cierto que es difícil encontrar una persona que reúna ambos mundos: que sepa de pedagogía (la ciencia de la educación, no que tenga paciencia, buena dicción y storytelling) y también de finanzas. Y así estamos: la gente sigue boyando de un lado al otro sin formar un pensamiento crítico para tomar sus propias decisiones a lo largo de toda su vida. 

Para mí el problema es claro: por el lado de la oferta, los expertos en finanzas no saben enseñar a pensar (simplemente porque no estudiaron para eso, -y no, no es tan fácil-). Solo explican información, a veces incluso mediado por publicidades pagas. Los videos asincrónicos tampoco sirven, porque no hay interacción, y solo un 17 % de personas los ven hasta el final.

Por el lado de la demanda, la gente no tiene tiempo y no se banca procesos aburridos de aprendizaje. El job to be done es tomar decisiones: “rápido, dame la respuesta a mi problema”. 

¿El resultado? Un TikTok de 30 segundos donde te explican todo en tres simples pasos. Y si no lo entendiste… te sentís un boludo, ¿no?. 

Me ofrecieron un seguro. ¿Debería tomarlo? Salieron los créditos UVA. ¿Me convienen? Suben las cauciones. ¿Qué son? El lunes es un día clave. ¿Por qué? 

Nadie puede responder a estas preguntas sin el influencer de turno.

Estamos educando sin educadores, y las consecuencias son evidentes

La mayor parte de la gente, aun la más formada del país, con masters, doctorados y posdoctorados, no puede interpretar las noticias financieras del diario para saber cómo le impactarán en su bolsillo o para explicar un fenómeno económico clave que quedará en la historia. Es igual que leer un diario de China, otro idioma.  

Y además hay otro tipo de consecuencias: nos estancamos en el trabajo porque no tenemos una mirada integral de contexto, no podemos dialogar con el CFO o hacer apreciaciones por fuera de nuestra área de expertise.  Caemos en estafas porque creemos que un negocio de rentabilidad alta puede no tener riesgo asociado. Nos peleamos con nuestra familia por no hablar de plata claramente y no hacer una planificación patrimonial para proteger los vínculos.

Spoiler: para un problema complejo existe una solución simple, fácil y… equivocada! No intentemos resolver algo complejo como lo son las finanzas en cinco minutos. ¿Te gustaría analizar posibles soluciones? En la próxima edición, vemos cómo podemos implementar programas efectivos de educación financiera para generaciones enteras.

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