Hablemos de Proptech, ese concepto único que resulta de la unión de dos palabras: Property y Technology. Los expertos lo resumen diciendo que se trata de la tecnología aplicada al sector inmobiliario. Qué fácil es unir dos palabras para crear un nuevo concepto y qué difícil es llevarlo a cabo.
Por un lado, tenemos al sector inmobiliario, todavía utilizando procesos muy tradicionales y con la frecuente resistencia al cambio que padecen todas las empresas. Por otro lado, al sector tecnológico, desarrollando productos y herramientas sin antes contrastar con sus futuros usuarios, si esas nuevas ideas solucionan problemas reales o mejoran sustancialmente su trabajo diario.
El peor escenario sucede cuando se cree que la tecnología puede sustituir al agente inmobiliario subestimando su valor dentro de todo el proceso. Un error común de esos jóvenes emprendedores que nunca han entendido el valor que aportan los agentes inmobiliarios o administradores de fincas en el funcionamiento de la industria inmobiliaria.
Los agentes inmobiliarios lo que venden u ofrecen son servicios, asesoramiento, tranquilidad y acompañamiento en una gran inversión económica por parte de sus clientes. La innovación puede o debe ayudar a que esos servicios sean más ágiles, más transparentes, eficientes o eficaces. Pero no nos olvidemos de que, al final, se trata de personas que están tomando grandes decisiones. La confianza es el mayor atributo que debe mostrar un agente inmobiliario a sus clientes y eso, solo con tecnología, no se consigue.
Para que exista el Proptech debe producirse antes la interacción de esos dos mundos que, aunque los hayamos unido ya gramaticalmente en una palabra, hoy aún están demasiado distanciados. A veces por un mal planteamiento inicial pensando que uno es competencia del otro, pero no hay mayor error que ese. Si los emprendedores entienden el valor y la experiencia del agente inmobiliario y este último se convence de la necesidad de una evolución tecnológica, es cuando ocurre la magia y resultan soluciones que mejoran, para todos, la forma en la que hoy trabajamos en el sector inmobiliario.
El Real Estate debe concienciarse de que la única opción de supervivencia en este mundo cada vez más tecnológico, digital y donde ya no existe la paciencia, es la innovación tecnológica. Es necesaria una evolución digital y el cambio de un modelo que hasta hoy ha funcionado, pero que, por suerte o desgracia, no sobrevivirá mucho tiempo más. Se deben mejorar tanto los protocolos internos de las empresas y la forma que tienen de comunicarse los departamentos que las forman, como la experiencia del usuario. Es decir, cómo vive el cliente final, la interacción con un sector que aún es considerado por muchos como tradicional, por no decir otra palabra más malsonante. Y si bien es cierto que cada año crece el interés del sector por la innovación y se apuesta por la aplicación de soluciones tecnológicas, aún queda mucho camino por recorrer.
Por otro lado, el sector tecnológico tiene que contar con el inmobiliario para entender su día a día, sus problemas, sus capacidades y sus voluntades. Debe incluirlo en la ecuación, ya que si intentan sustituirlo dejándolo fuera del proceso, su fracaso está asegurado. De las 550 Proptech’s que el Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Barcelona contabilizó en España en el año 2023, parece ser que tan solo quedan “vivas” poco más de 300. Es por ello por lo que esas tecnologías deben tener en cuenta el valor que merece el inmobiliario y que ha conseguido durante muchos años de experiencia.
Ya sean administradores de fincas, agentes de la propiedad inmobiliaria o promotores, todos son un elemento fundamental en el desarrollo y aplicación del Proptech. De lo contrario solo hablaríamos de “tech” transformando la experiencia de compra, alquiler o cualquier otro tipo de interacción inmobiliaria en un proceso frío y distante en el que las emociones, la psicología y la experiencia no valen nada. Teniendo en cuenta que la experiencia en el mercado inmobiliario supone una de las inversiones más grandes que va a realizar una familia en su vida, merece la pena aunar todos los esfuerzos para que esa experiencia sea totalmente gratificante, sin fricciones, sin largos procesos y con todas las facilidades que un buen profesional inmobiliario puede dar utilizando la mejor tecnología para hacerlo.
Es por ello por lo que esos dos mundos, que ya hemos unido en una sola palabra, están condenados a entenderse para que no quede todo en un mero concepto abstracto y, sobre todo, en un perjuicio para lo que realmente importa: el cliente final. Un cuadro siempre queda mejor cuando el pincel lo utiliza un pintor.
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