¿Cómo gestionar una cartera fallida con ilocalizados? ¿Cuáles son las dificultades del TC (tasa de contacto) en tiempos de post-pandemia?
Llevar adelante la gestión y administración de una cartera vencida o de fallidos, con deudores ilocalizados, es el mayor desafío acuciante de este tiempo. Los deudores cambian continuamente de domicilio, obtienen nuevos números con el cambio de móvil… Estos obstáculos empalidecen toda performance, por mucha tecnología que respalde las tareas.
Desde siempre el recobro es exitoso cuando damos con el deudor, cuando podemos oírle, escucharle o verle, y comenzar así el proceso de negociación. El resto será siempre papel mojado. El éxito está asociado a su localización y contacto.
La alta movilidad de las personas con respecto al lugar de residencia en la aldea global ha crecido de forma hiperbólica en los últimos 10 años. En los primeros años de la década (2002-2003), el envío de cartas por correspondencia tenía un ratio de devolución del 18/20 %. Sin embargo, en el año 2019, ya era del 52 %, más del doble.
En estos valores influye la calidad y composición de las carteras y del ageing de las deudas a gestionar. Hay una relación directa entre la “desaparición” del deudor del domicilio original y el tiempo transcurrido de contacto.
Por lo tanto, un factor de éxito es contar con los servicios de una empresa especializada en la localización de deudores, y que evite que el ageing pulverice todas las probabilidades de cobro de una deuda.
Esta es una razón más que importante para llevarla a cabo con una empresa de servicios que desempeñe este compromiso con responsabilidad social exenta de vulnerabilidades legales entre las partes.
Por otra parte, quienes deben llevarlas a cabo son profesionales, detectives colegiados que cuentan con solvencia y rodaje en su expertise, habilitados oficialmente por el Ministerio del Interior.
La performance de los skiptracers debe estar basada en trayectorias exitosas en carteras de “fallidos” o NPLs. El ratio de éxito está en rangos mínimos que van del 7% al 20 %, y todo ello en función de distintos factores que deben contrastarse con los profesionales de la búsqueda.
Es lógico que el resto será consecuencia de la composición de la cartera, el factor entorno. La solución en cada caso será siempre obtención de información para localizar al deudor.
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