Más crédito, menos trabas: la pyme española avanza en financiación

El XIV Informe de CESGAR muestra un panorama de recuperación progresiva para las pequeñas y medianas empresas españolas en relación con su acceso a la financiación, aunque persisten retos estructurales que condicionan su crecimiento y consolidación.

Las pymes siguen siendo la columna vertebral del tejido empresarial español. En enero de 2024 se contabilizaban más de 3,5 millones de pequeñas y medianas empresas, el 76,4% de ellas en el sector servicios. Aunque el ecosistema sigue mostrando signos de dinamismo, con una rotación empresarial constante y un tejido joven, la consolidación continúa siendo un desafío: solo el 18,6% supera los 20 años de antigüedad.

Uno de los aspectos centrales del XIV Informe de CESGAR sobre la financiación de la pyme en España es la evolución de su situación económica y financiera. A lo largo de 2024, un 21% de las pymes ha mejorado tanto su facturación como sus ratios financieros, y un 43,6% mantiene una situación estable. Estos datos reflejan una mejora respecto a 2023, especialmente por la reducción del porcentaje de empresas vulnerables (del 3,9% al 2,2%) y estancadas (del 12,8% al 6,6%).

Perspectivas favorables, pero crecimiento limitado

Las expectativas a corto plazo mejoran: el 43,9% de las pymes prevé un aumento en su facturación para 2025, frente al 37,7% del año anterior. Sin embargo, este optimismo no se traslada con igual fuerza al empleo, donde el 84,6% prevé estabilidad y solo el 10,8% espera contratar. En términos financieros, el 47,7% de las pymes tuvo necesidades de financiación en 2024, una cifra en descenso desde los picos postpandemia pero aún superior al promedio prepandémico.

La financiación sigue destinándose mayoritariamente al circulante (64,6%), aunque destaca el repunte de la inversión en equipo productivo (36,5%) y el leve crecimiento en sostenibilidad y digitalización (23,4%). Aun así, las perspectivas de financiación futura en estos últimos ámbitos son moderadas, con apenas un 20% de empresas que prevén solicitarlas a medio plazo.

En cuanto a instrumentos financieros, las líneas de crédito y préstamos bancarios continúan siendo los más utilizados, aunque se observa un repunte del uso de subvenciones (del 3,2% al 6,5%). Esta tendencia impulsa el aumento de la financiación por cuenta ajena, que resuelve ya las necesidades del 88,7% de las empresas que la requieren. La financiación bancaria mantiene su peso (69,8% de las pymes con necesidades), con una tasa de aceptación del 90%, lo que supone una mejora sustancial respecto a 2023.

No obstante, persisten obstáculos estructurales. El coste de la financiación, aunque menor, sigue siendo el principal problema (38,1%), seguido por la falta de garantías (23,4%). Estos datos justifican el creciente interés en las Sociedades de Garantía Recíproca (SGR), cuyo conocimiento entre las pymes ha mejorado: el 33% de las empresas que necesitaron garantías en 2024 ya son usuarias de sus servicios.

Los retos pendientes

El informe de CESGAR revela una cierta normalización en las necesidades y el acceso a financiación por parte de las pymes, con una mejora generalizada en la percepción del sistema financiero. Sin embargo, aún existen barreras relevantes, como la dependencia de garantías y la escasa inversión en sostenibilidad o digitalización, que podrían limitar el potencial transformador del tejido empresarial.

A medida que los tipos de interés se estabilizan y los instrumentos públicos se reorientan, la clave estará en fortalecer los apoyos estructurales que permitan a las pymes no solo sobrevivir, sino crecer y consolidarse en un entorno cada vez más competitivo.

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