Un informe de NTT Data y Cisco anticipa que la adopción de la inteligencia artificial en las redes corporativas redefinirá la competitividad global, con un impacto económico estimado en 19,9 billones de dólares para 2030.

La inteligencia artificial ya no es sólo una promesa en el terreno de la productividad: se ha convertido en un motor estructural de transformación para las redes digitales empresariales. Así lo recoge el informe Wired for Intelligence, elaborado por IDC y patrocinado por NTT Data y Cisco, que advierte que la infraestructura de red debe evolucionar para soportar la creciente integración de modelos de IA generativa y agentes inteligentes en sectores clave como la industria manufacturera, la banca y la sanidad.
Según el documento, más del 78% de las compañías considera la capacidad de red como un factor crítico a la hora de elegir proveedores de infraestructura para IA. Las organizaciones ya no se conforman con métricas tradicionales de disponibilidad: exigen seguridad, innovación en servicios y resultados de negocio tangibles. En palabras de los analistas de IDC, “la red es ahora un activo estratégico y no sólo un soporte tecnológico”.
Manufactura, banca y salud: los tres frentes críticos
El estudio identifica tres sectores donde la IA aplicada al networking está acelerando cambios de gran calado. En la industria manufacturera, los sistemas de mantenimiento predictivo y la gestión en tiempo real de la producción prometen reducir drásticamente las paradas de planta y elevar la eficiencia. En servicios financieros, la prioridad es doble: reforzar la ciberseguridad frente al fraude y ofrecer experiencias hiperpersonalizadas en tiempo real. Mientras tanto, la sanidad encara un doble reto: modernizar su infraestructura digital para dar cabida al Internet de los objetos médicos y blindar la seguridad de datos cada vez más sensibles.
El impacto económico previsto es abrumador. Según el informe, cada dólar invertido en soluciones de IA generará 4,6 dólares en la economía en 2030, gracias al efecto multiplicador en la cadena de suministro tecnológica y a los nuevos ingresos derivados de la innovación.
Para las empresas, el mensaje es claro: sin una red inteligente, segura y de baja latencia, los proyectos de inteligencia artificial quedarán limitados. La recomendación de NTT Data y Cisco es abordar la transición en tres fases: evaluación de la infraestructura actual, diseño de una estrategia integral de IA en redes y una inversión sostenida en capacidades de automatización, monitorización y seguridad.
En este escenario, las compañías que avancen primero no solo optimizarán sus operaciones, sino que consolidarán una ventaja competitiva difícil de igualar.
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