Entre abril y junio, se registró un impago de préstamos hipotecarios por un total de 450 millones de euros, la cifra más alta desde la última crisis financiera, pero los bancos no dan voz de alarma.
En el segundo trimestre, la morosidad en préstamos hipotecarios tuvo un aumento notable, alcanzando su nivel más alto en casi diez años, desde principios de 2014, según informa El Confidencial. Esto se tradujo en impagos por un total de 443 millones de euros, elevando la tasa de incumplimiento del 2,34% en el primer trimestre al 2,45% en el segundo, según datos recientes del Banco de España.
Estos datos contrastan con lo que habían informado previamente los principales bancos españoles en sus informes financieros antes del verano, donde afirmaban que la morosidad entre sus clientes particulares estaba bajo control y que apenas se estaban recibiendo solicitudes para adherirse al código de buenas prácticas respaldado por el Gobierno. Sin embargo, se observan señales preocupantes en el negocio de empresas.
¿A qué se debe?
Tal y como señala El Confidencial, este aumento en la morosidad hipotecaria durante el segundo trimestre podría explicarse por varios factores. En primer lugar, el efecto base, es decir, la tasa de incumplimiento estaba tan baja que era poco probable que continuara en esa tendencia. El nivel del 2,33% de marzo era el más bajo que había en España desde comienzos de 2008. Por contra, el máximo histórico se tocó en marzo de 2014, en el 6,3%. Es importante destacar que la morosidad en préstamos hipotecarios suele ser mucho menor que la media del sector, ya que las hipotecas son generalmente una de las últimas deudas que las familias dejan de pagar.
En segundo lugar, estos nuevos deudores podrían ser aquellos que ya estaban experimentando dificultades financieras antes del aumento del euríbor el año pasado. Algunos bancos podrían haber estado tratando de mantenerlos a flote hasta este año para evitar que sus cuentas se vieran afectadas en las pruebas de estrés realizadas a finales de 2022. Esto podría explicar por qué las entidades bancarias ya habían previsto que estos préstamos entrarían en la categoría de morosos desde hace meses, incluso en términos de provisiones, y por lo tanto, no les dieron mucha importancia en sus últimas presentaciones de resultados.
En una reunión celebrada a finales de junio con la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, los representantes del sector financiero presentaron cifras de hipotecados en dificultades, llegando a conclusiones favorables. En total, se habían presentado 33.000 solicitudes de adhesión al código de buenas prácticas, muy lejos de la estimación del Gobierno de un millón, y se habían refinanciado o reestructurado otras 29.000 hipotecas.
Tasa de empleo
Los banqueros explican que la tasa de morosidad de las hipotecas está muy correlacionada con la del empleo. Si los integrantes de la familia conservan sus empleos, es poco común que dejen de cumplir con sus pagos en la hipoteca de su vivienda principal. Sin embargo, la situación es diferente en el caso de las segundas residencias.
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