Open Finance está redefiniendo el sector financiero, promoviendo competitividad, transparencia y personalización a través de la eficiencia y la colaboración entre actores clave.
En los últimos años, el ecosistema financiero global ha vivido una transformación sin precedentes, adaptándose a las constantes novedades tecnológicas para cubrir las necesidades tanto del propio sector como de sus usuarios finales. En este sentido, la regulación se convierte en un pilar fundamental que debe acompañar dicho desarrollo.
Así pues, con la aplicación de la primera Directiva de Servicios de Pago (PSD, por sus siglas en inglés Payment Service Providers), y su consecuente posterior revisión (PSD2), la Comisión Europea subrayó su objetivo de contribuir al desarrollo de un mercado único de pagos en la Unión Europea. Al realizar una apertura a un acceso regulado de datos financieros, se favorece la aparición de soluciones innovadoras, personalizadas y competitivas. Este nuevo panorama se ha bautizado bajo el término de Open Finance.
A pesar de su avanzada integración en Europa, existen nuevas tendencias, como la célebre IA, así como riesgos adheridos y ámbitos en los que cabe avanzar, como puede ser el impulso de una regulación más catalizadora, o una colaboración intersectorial más estrecha. Sin embargo, no existe duda de que el Open Finance representa un cambio de paradigma en todas las esferas del sistema empresarial.
Una tendencia esencial
Este modelo financiero se ha consolidado gracias a varios factores conjuntamente. Por un lado, “el Open Finance ha sido impulsado por tecnologías clave como las APIs, que han permitido la interoperabilidad y el acceso estandarizado a datos financieros”, menciona Íker de los Ríos, Co-CEO en Fintonic. Además, “la implementación de la PSD2 en Europa ha sido un catalizador clave para el desarrollo del Open Banking y, por extensión, el Open Finance”, destaca Carlos Gómez, Managing Director and Head of Sales Iberia en QWIST.
Consecuentemente, se ha promovido la eficiencia, la innovación y la creación de nuevos servicios, convirtiendo al Open Finance “en una realidad que, sin duda, revierte en beneficio de las personas”, describe Martín Azcue López, responsable de Innovación y Nuevos Proyectos de Bizum. Con unos consumidores cada vez más habituados a servicios rápidos y convenientes, “la demanda de soluciones financieras flexibles y a medida ha llevado a la proliferación de productos basados en Open Finance”, añade Carlos Gómez.
No obstante, queda todavía camino por recorrer: “Iniciativas futuras como la Directiva de Crédito al Consumo o PSD3 prometen dar un mayor impulso, empujando al sector hacia una colaboración más estrecha y una innovación constante”, determina Íker de los Ríos. En este sentido, señala: “la inteligencia artificial será el motor para personalizar servicios, identificar patrones y extraer insights que transformen la experiencia financiera”.
Transparencia y nuevas oportunidades
El modelo de finanzas abiertas lleva en desarrollo más de una década, y ahora más que nunca se subraya su relevancia. En este sentido, el Open Finance fomenta un mercado más transparente y competitivo: “Está facilitando un mejor acceso al crédito y mejores condiciones para consumidores que quieren obtener financiación fuera de su banco principal”, puntualiza el Co-CEO de Fintonic. Por otro lado, el directivo de Qwist indica: “los usuarios finales disfrutan y disfrutarán de mayor agilidad, claridad y facilidad para comparar productos financieros, lo que promueve decisiones más informadas y conscientes”.
Asimismo, no solo implica una mejora en la experiencia del consumidor, sino que también “representa una oportunidad para captar nuevos clientes y rentabilizarlos con rapidez, ya que permite cambiar el paradigma tradicional de captación y engagement al ofrecer servicios personalizados y de valor añadido desde el primer momento”, detalla Íker de los Ríos.
Regulación, seguridad e innovación
A pesar de las ventajas clave que presenta el Open Finance, existen retos adheridos a este modelo, y el responsable de Innovación y Nuevos Proyectos de Bizum los identifica claramente: “Seguridad, protección de datos, modelo de negocio y asimetría en la regulación de los actores del mercado”. En lo que refiere a la protección, crucial debido al nivel de sensibilidad de la información manejada, Íker de los Ríos sugiere: “sigue siendo necesario un esfuerzo educativo constante por parte de las entidades financieras y los reguladores”.
La regulación constituye un pilar fundamental para crear un espacio seguro y fiable. En esta dirección, Carlos Gómez comenta: “La decisión de promover una legislación que impulse un marco adecuado debería ser respaldada por todas las partes interesadas, ya que representará un gran avance hacia la creación de una economía de datos abiertos, especialmente con la entrada en vigor de PSD3 y más concretamente FIDA”. A través de esta normativa, las entidades financieras ofrecerán más productos en las APIs regulatorias, “lo que ayudará a mitigar los desafíos actuales y contribuirá a la mejora de la adopción”.
En el marco de la regulación, Martín Azcue aboga por combatir un aspecto necesario: “Es esencial que la regulación no lleve a situaciones de asimetría entre competidores y que se enfoque en restaurar ‘la igualdad en el terreno de juego’, para asegurar que cualquier agente cuente con el nivel de supervisión y requisitos proporcionales al servicio que va a prestar”. Sumado a esto, menciona otro factor, la monetización: “es relevante tratar de encontrar un equilibrio entre los requisitos mínimos de acceso gratuito a terceros y la capacidad de que el sector financiero pueda crear funcionalidades de valor añadido u otros servicios incrementales que sí que puedan tener un modelo de negocio asociado”.
Así, la agilidad y la innovación se posicionan como perspectivas determinantes. “Los proveedores de Open Finance debemos adaptarnos de manera ágil a estas situaciones, con el fin de minimizar el impacto tanto para los usuarios finales como para nuestros clientes”, describe Carlos Gómez. Íker de los Ríos lo resume: “Las estrategias más efectivas combinan regulaciones estrictas, estándares de seguridad robustos y enfoques educativos”, prosigue, “Los gobiernos y reguladores deben ser vigilantes y favorecer la innovación a través de iniciativas como los sandboxes regulatorios, que permiten probar soluciones en un entorno controlado”.
Adopción y futuro del Open Finance
Existen riesgos que deben abordarse para llevar las finanzas abiertas a un grado de integración total. Sin embargo, es relevante tener presente que “Europa está a la vanguardia”, tal y como describe Azcue, aunque “aún se enfrenta al desafío de armonizar regulaciones entre países”. En este contexto, “el Reino Unido sigue liderando en la adopción de Open Finance, gracias a una regulación más avanzada y una implementación consistente”, enumera Íker de los Ríos. “A nivel internacional, cabe destacar a Brasil”, añade Carlos Gómez, “el Open Finance ha experimentado un notable crecimiento impulsado por la regulación, la innovación tecnológica y la expansión del ecosistema Fintech del país”.
Íker de los Ríos identifica el camino a recorrer: “el progreso en otras regiones depende de cómo se defina el concepto, mientras algunos países lideran en pagos, otros avanzan en estandarización de datos bancarios”. La Directiva de Crédito al Consumo en Europa y la creciente conciencia global sobre la propiedad de los datos impulsarán esta transformación. Con una proyección para este 2025, en palabras de Martín Azcue: “esperamos que continúe esta tendencia y seguro que veremos una mayor colaboración entre bancos y Fintechs”.
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