Grecia afronta un déficit de 180.000 viviendas que se prevé cubrir en cinco años

El Banco de Piraeus alerta sobre la escasez de vivienda en el país, resultado de una década de baja construcción y de la creciente presión de la demanda nacional e internacional.

Grecia encara un desafío estructural en su mercado inmobiliario: la falta de 180.000 viviendas disponibles para satisfacer las necesidades de su población. Según un informe publicado esta semana por el Banco de Piraeus, el déficit podría resolverse en un plazo de cinco años, pero solo si se cumplen varias condiciones que impulsen tanto la oferta de obra nueva como la recuperación del parque ya existente.

El problema tiene raíces profundas. Durante la larga crisis financiera y la década de austeridad, la construcción de vivienda prácticamente se paralizó, dejando un vacío en la oferta que hoy resulta evidente. Al mismo tiempo, la recuperación económica de los últimos años ha devuelto dinamismo al mercado, con un aumento de la demanda interna impulsada por jóvenes que buscan emanciparse y por familias que ahora disponen de mayor capacidad adquisitiva.

A esta presión se suma la demanda internacional. Grecia se ha consolidado como destino de inversión en real estate para compradores extranjeros y fondos especializados, especialmente en Atenas, Tesalónica y en regiones costeras ligadas al turismo. El auge del alquiler turístico a corto plazo, a través de plataformas digitales, ha reducido todavía más la disponibilidad de viviendas destinadas a residencia habitual, contribuyendo a la escalada de precios.

Inversión, rehabilitación y políticas públicas

El informe de Piraeus sostiene que el déficit podrá cubrirse hacia 2030 siempre que se produzca una aceleración clara de la construcción y que se desarrollen programas de rehabilitación de edificios antiguos, muchos de los cuales no cumplen con los estándares de eficiencia energética actuales. A ello se añaden los fondos europeos del Recovery and Resilience Facility, que podrían desempeñar un papel decisivo en la financiación de nuevos proyectos residenciales.

Asimismo, el gobierno griego está promoviendo incentivos fiscales y subsidios para facilitar la compra de vivienda a jóvenes, mientras que bancos y servicers podrían contribuir a transformar parte del stock adjudicado en vivienda en alquiler asequible. La combinación de inversión privada y políticas públicas será clave para restablecer el equilibrio.

Mientras tanto, el mercado sigue tensionado. Los precios se mantienen al alza, sobre todo en las grandes ciudades y en las zonas costeras más demandadas, lo que confirma que la vivienda seguirá siendo uno de los grandes retos sociales y económicos del país en los próximos años.

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