El sobreendeudamiento se dispara: cuánto deben quienes recurren a la Ley de Segunda Oportunidad

El perfil de los solicitantes refleja una realidad de hogares encabezados por personas solteras, con hijos a su cargo y altos niveles de endeudamiento.

La deuda media de quienes recurren a la Ley de Segunda Oportunidad en España supera los 70.000 euros, según un informe reciente de la entidad Andalucía Sin Deuda. Esta cifra pone de manifiesto la gravedad de la situación económica que viven muchos ciudadanos, atrapados en una espiral de endeudamiento que compromete su estabilidad financiera y personal.

El 73,5 % de las familias que acceden a este mecanismo lo hacen con niveles de deuda elevados, siendo la mayoría de los importes contraídos con entidades privadas (bancos o financieras) que representan el 96 % del total. Solo un 4 % corresponde a organismos públicos como Hacienda o la Seguridad Social, aunque también pueden incluirse en los procedimientos, bajo determinadas condiciones legales.

Perfil habitual: personas solteras con empleo e hijos a cargo

El perfil más frecuente de quienes se acogen a esta ley es el de personas solteras (61 %), muchas de ellas con hijos a su cargo (51 %), lo que multiplica el impacto del endeudamiento en la vida diaria. En menor medida se encuentran personas casadas en régimen de gananciales (17 %), viudos o parejas de hecho.

Desde Andalucía Sin Deuda, el abogado Samuel Díaz detalla que la mayoría de solicitantes tiene empleo (58 %), aunque también hay pensionistas (14 %), personas desempleadas (20 %) y autónomos (7,3 %). Estos datos reflejan que el sobreendeudamiento no afecta exclusivamente a quienes están fuera del mercado laboral, sino también a quienes, pese a tener ingresos, no logran cubrir los gastos básicos.

El origen del endeudamiento suele estar en los préstamos personales (31,5 %) y el uso frecuente de tarjetas de crédito (15 %), seguidos de otros productos de financiación al consumo. Aunque en menor medida, también se detectan deudas hipotecarias, con proveedores o incluso asumidas por avales a terceros.

Las causas son variadas, pero muchas parten de un escaso conocimiento financiero: no comprender del todo las condiciones de los productos contratados o los compromisos asumidos. A ello se suman situaciones personales complicadas como enfermedades, divorcios o pérdida del empleo, que agravan una economía doméstica ya de por sí frágil. Ante este panorama, la Ley de Segunda Oportunidad se ha convertido en una vía real para salir del ahogo económico.

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