Claves para entender las valoraciones inmobiliarias: qué opciones existen y cuándo confiar en cada una

Un informe de la Asociación Española de Análisis de Valor aclara los diferentes tipos de valoración y su utilidad.

Simuladores online, valoraciones comerciales, referencias fiscales o tasaciones técnicas: la variedad de métodos para conocer el valor de un inmueble es amplia, pero no todos ofrecen las mismas garantías. Un nuevo informe de la Asociación Española de Análisis de Valor arroja luz sobre cómo interpretar cada tipo de valoración y cuándo utilizarla.

Determinar cuánto vale un inmueble forma parte de muchas decisiones importantes en la vida: comprar, vender, heredar o invertir. En la actualidad, la facilidad para acceder a estimaciones de valor es notable, con herramientas digitales, informes oficiales y asesoramiento comercial al alcance de un clic. Sin embargo, esa abundancia de opciones también genera confusión: ¿qué tipo de valoración es fiable y en qué contexto?

Los expertos advierten que no todas las valoraciones sirven para los mismos fines ni tienen el mismo peso legal. A menudo, los usuarios tienden a confundir estimaciones orientativas con tasaciones profesionales, lo que puede acarrear errores o problemas fiscales.

Según el reciente informe de la Asociación Española de Análisis de Valor (AEAV), es esencial distinguir entre las valoraciones informativas y las que ofrecen respaldo jurídico. Entre las primeras se encuentran los simuladores digitales, útiles para obtener un rango estimado de precios, aunque sin inspección presencial ni validación técnica. También se encuentran las estimaciones de agentes inmobiliarios, basadas en la experiencia del mercado local, que orientan sobre el precio de salida pero no sustituyen a una tasación oficial.

En el ámbito tributario, las administraciones públicas han desarrollado herramientas propias. Algunas comunidades permiten consultar el valor fiscal atribuido a un inmueble de cara a futuras operaciones gravadas, lo que ayuda a evitar discrepancias con Hacienda. Por su parte, el Catastro ofrece dos referencias: el Valor Catastral, vinculado a impuestos locales como el IBI, y el Valor de Referencia, que desde 2022 se emplea para calcular tributos como Sucesiones o Transmisiones Patrimoniales.

Frente a todas estas aproximaciones, la AEAV recuerda que sólo las valoraciones técnicas realizadas por sociedades de tasación homologadas garantizan la validez legal. Estas tasaciones se rigen por normativas específicas, implican una revisión detallada del inmueble y son imprescindibles en procesos como la solicitud de hipotecas, litigios judiciales o herencias complejas.

La conclusión del informe es clara: cada tipo de valoración responde a una finalidad distinta. Conocer sus diferencias es clave para tomar decisiones informadas y evitar errores que, en algunos casos, pueden tener consecuencias jurídicas o fiscales.

Sigue toda la información de Open Hub News en Linkedin o en nuestra newsletter.

Autor

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *