Santander, Barclays y BNP encabezan el uso de SRT para mejorar su rentabilidad y afrontar los nuevos desafíos regulatorios.

Las transferencias significativas de riesgo (SRT) se han convertido en una herramienta clave para los grandes bancos en su estrategia de optimización de capital. Estas operaciones permiten reducir la carga regulatoria y mejorar la rentabilidad, mientras que los inversores acceden a activos con alto potencial. Santander, Barclays y BNP Paribas lideran esta tendencia en Europa, con expectativas de expansión a entidades de menor tamaño.
Una herramienta de optimización financiera en auge
Esta variante de las titulizaciones de activos está despertando un interés entre los inversores y fomentando nuevas alianzas entre bancos y gigantes financieros. Entre los actores clave se encuentran Apollo Global Management, Blackstone, Bayview Asset Management, BlackRock y KKR, quienes han comenzado a asumir operaciones con distintas entidades bancarias.
Uno de los protagonistas de esta tendencia es Banco Santander, el mayor emisor de SRT en Europa y, posiblemente, en el mundo. La entidad ha cerrado operaciones bilaterales con BlackRock y Apollo, preparando emisiones sobre más de 20.000 millones de euros en distintos mercados, incluyendo Reino Unido, EE.UU., México y Alemania. Otros grandes bancos como Barclays, Deutsche Bank, BNP Paribas y JPMorgan Chase también han entrado en esta dinámica, mientras que en España BBVA, CaixaBank y Sabadell empiezan a seguir el mismo camino.
El futuro de las transferencias de riesgo
El impulso de las SRT responde a la necesidad de la banca de optimizar su capital en un contexto de mayores exigencias regulatorias. Esta herramienta no solo permite liberar capital para nuevas inversiones, sino también reasignarlo a segmentos más rentables. Reguladores como el BCE han trabajado en establecer un marco de control sólido para garantizar la calidad de las operaciones y evitar riesgos sistémicos. Asimismo, se espera que el regulador financiero del Reino Unido implemente cambios para incentivar el uso de las SRT, mientras que el BCE estudia la posibilidad de agilizar su aprobación en la eurozona.
En definitiva, las SRT están llamadas a consolidarse como una herramienta fundamental para la banca en los próximos años, facilitando la financiación de la economía y la transformación digital y ecológica de Europa. La clave estará en la capacidad de las entidades para manejar la complejidad de estas operaciones y en el equilibrio que logren los reguladores para fomentar su crecimiento sin generar riesgos adicionales para el sistema financiero.
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