Gestión actual de la vulnerabilidad.
El pasado 9 de febrero se celebró en el Ministerio de Economía, Comercio y Empresa la “I Jornada Profesional de Sareb” enfocada a la gestión de la vulnerabilidad en el marco de la nueva Ley de Vivienda.
Amén de ponencias de interesante contenido jurídico, por parte de la entidad organizadora se puso de relieve cómo desde Sareb se contribuye al interés público y social de España cumpliendo precisamente con su propio mandato.
No obstante, este interés común que debería ser público y notorio, no sólo por los principales operadores económicos y jurídicos del país, sino por toda la ciudadanía, puede resultar todavía desconocido para muchos. El hecho cierto es que a la imagen pública de la entidad parece lastrarle en gran medida la etiqueta de ser el “banco malo”.
Pero ¿qué es realmente la Sareb? ¿por qué se le conoce como el “banco malo”?
En primer lugar, es preciso dejar claro que Sareb no es un banco. Sus siglas responden a su propia descripción: Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria. Se trata, pues, de una sociedad gestora de activos “tóxicos” de origen promotor que provienen de las antiguas cajas de ahorro que habían sido intervenidas por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) tras la crisis financiera de 2008.
Se encuentra regulada por la Ley 9/2012, de 14 de noviembre, de reestructuración y resolución de entidades de crédito y respondió a una condición de Europa para poder recibir el denominado “rescate financiero”. Asimismo, desde 2022 se encuentra participada mayoritariamente por el Estado a través del FROB, enfocándose, más si cabe, a un destino social.
De hecho, la etiqueta del “banco malo” obedece precisamente a la tipología de activos financieros (“tóxicos”) que adquirió de las distintas cajas de ahorros intervenidas, siendo en su gran mayoría créditos impagados cuya cesión propició el saneamiento de las cuentas de las referidas entidades. Realmente esa denominación viene del término bad bank que otros países han designado a sus propias sociedades de liquidación de activos problemáticos.
¿Por qué ha podido tener cierta mala fama Sareb?
En plena crisis financiera, en gran medida la opinión popular atribuía a las propias políticas de las cajas de ahorros y bancos el origen del problema, de modo que el rescate financiero que propició la cesión a Sareb de miles de créditos “tóxicos” no fue aplaudido por una gran mayoría de la población.
Por otro lado, es obvio que gestionar masivamente amplias carteras de activos financieros e inmobiliarios es ardua tarea y no es de extrañar que, a pesar de las políticas de prevención aplicadas por Sareb, la entidad se haya visto inmiscuida en lanzamientos y desahucios impopulares.
Además, Sareb cuenta con una casuística peculiar, pues los créditos ejecutados por la entidad son, en su totalidad, créditos-promotor, de modo que una gran parte de los ocupantes de las referidas viviendas garantes pueden contar con contratos de arrendamiento suscritos con las referidas promotoras inmobiliarias ejecutadas (algunas de ellas incluso han interpuesto sociedades intermedias para explotar los activos y poder obtener un rendimiento económico en perjuicio de la sociedad acreedora). De hecho, muchos de estos inmuebles se encuentran ya adjudicados a favor de la Sareb cuando se suscriben esos títulos que legitiman la posesión, de modo que los propios ocupantes-inquilinos son, en realidad, víctimas de una maquinación fraudulenta por parte de las sociedades promotoras ejecutadas.
Por supuesto, este escenario no ha contribuido a concebir realmente qué intereses persigue la Sareb, que no es otro que recuperar deuda de forma ordenada, gestionar los inmuebles recuperados para poder reducir el impacto en los contribuyentes y ofrecer los activos inmobiliarios al mercado.
¿Cómo gestiona la vulnerabilidad la Sareb?
Uno de los focos de la I Jornada Profesional de Sareb fue el delicado asunto de cómo se gestiona la vulnerabilidad por parte de la entidad.
Además, desde 2022 y con la participación mayoritaria del FROB en la Sareb, el principio rector que guía a la entidad es la sostenibilidad y la utilidad social. Es por ello, que, dentro de los distintos programas aplicados, destacaría el denominado Modelo Dual de gestión de la vulnerabilidad, conforme el cual se diferenciaría entre las familias vulnerables que cooperan para superar la situación de exclusión social y los que no quieren colaborar o bien, no estarían en situación de vulnerabilidad.
Para los que deciden colaborar, Sareb cuenta con un programa de alquiler social vinculado a contratos de acompañamiento en diferentes organismos. Respecto los no vulnerables o aquellos que no deseen cooperar, se realiza un estrecho seguimiento en paralelo al procedimiento judicial.
En conclusión, gracias a este programa, la entidad viene garantizando cada vez más una opción de alquiler social a las familias vulnerables colaboradoras, propiciando que la calificación de “banco malo” vaya quedando diluida en favor de las iniciativas promovidas en el ámbito de la vivienda social.
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