El Open Banking ayuda al matrimonio

El sábado pasado decidimos con mi pareja hacer una cena en mi casa e invitar a algunos amigos. A mi esposa le encanta el rol de anfitriona y de cocinera pero, esta vez, la noche tendría una dinámica diferente: acabamos de ser padres de una niña, por lo que tuve el placer de hacerme con los fuegos.

Mientras preparaba el menú y los comensales iban llegando, uno de mis amigos decidió hacerme compañía y, ya que estamos, opinar sobre mi técnica con el cuchillo. Entre tema y tema, me fue contando de sus últimas semanas y fuimos entrando en detalle.

Mis amigos y familiares suelen contarme la frustración que tienen con sus bancos y aplicaciones financieras. Parece ser que mi amor por la tecnología y las finanzas digitales funciona como una forma de justificar su indignación. Mi amigo aprovechó la situación para comentarme sobre un problema que había tenido varias veces con una tarjeta de un conocido banco tradicional.

Después de desgranar el problema, decidí preguntarle por su relación con el banco: “¿Cuánto hace que eres cliente?”. Su respuesta me dejó atónito: más de 20 años.

La pregunta se trasladó a la mesa, puesto que decidí usar la muestra de individuos que tenía conmigo para una especie de encuesta. La mayoría era cliente de su entidad financiera hace más de una década, y no tenían la menor intención de cambiar.

Pero lo más sorprendente no era el hecho de que sean clientes a pesar de ser muy críticos con su banco, sino del motivo por el cual no se iban. La mayoría de ellos había buscado cambiar, pero el nivel de servicio que les ofrecían en otras entidades era mucho más pobre porque no tenían datos sobre ellos.

Mientras se discutía el tema, tomé el móvil y busqué el tiempo promedio de los matrimonios en España, dato que me parecía divertido para compararlo. No estaba seguro de la fuente, pero el número daba para bromear un rato: 16.5 años.

Es decir, si la muestra de la mesa fuera representativa, las personas tienen un promedio de relación similar o más elevada con su banco que con su pareja.

La noche se fue entre comentarios y risas, mientras evitamos hablar de política y conflictos internacionales. Pero el tema de la duración del cliente bancario me dejó pensando.

Desde hace algunos años viene avanzando en el mundo el desarrollo del Open Banking. Eso es la posibilidad de los bancos y otras empresas financieras de acceder a los datos de los usuarios en otras entidades siempre que exista consentimiento por parte de estos.

Existen numerosas iniciativas, tanto públicas como privadas, que están velando por una competencia más abierta entre los bancos y Fintech. Todo, basado en el nuevo paradigma de que los datos no son de las empresas, sino que son de los usuarios.

Brasil, uno de los pioneros en lograr sistemas más interoperables, lidera con su sistema PIX que es ejemplo en el mundo. Chile y México ya han lanzado sus leyes Fintech, dando un marco al Open Banking. Argentina avanza con regulaciones aisladas e iniciativas bancarias, pero crece la expectativa por una ley integral. Colombia ya ha anunciado su proyecto para regular el Open Banking y los pagos inmediatos. Europa quiere dar un nuevo salto de calidad actualizando la famosa PSD2 a PSD3, mientras en España Bizum sigue incorporando servicios.

Estamos parados en un momento de transformación profunda del sistema financiero. Desde hace unos años y potenciado por la pandemia, el ecosistema Fintech ha forzado a bancos y reguladores a adaptarse a este nuevo mundo tecnológico. Pero estamos lejos de encontrar un freno a esta vorágine de innovación.

El mundo avanza hacia la profundización de la banca abierta, de las finanzas embebidas y de los pagos inmediatos. De a poco va perdiendo sentido considerar los datos de los usuarios como un tesoro exclusivo de la entidad proveedora del servicio. Más bien, es el uso de esos datos y la creatividad constante aplicada a esos datos lo que determinará los ganadores y perdedores de esta nueva realidad financiera.

Dentro de poco, los clientes podrán elegir libremente al banco o Fintech que mejor los trate. No sé si los matrimonios durarán más en el futuro. Lo que sí sé es que, gracias al Open Banking y la competencia, tendrán posibilidad de ser más largos que la relación de los clientes con sus bancos.

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