El saldo de préstamos dudosos ha caído 655 millones en junio y, a su vez, el crédito al consumo llega a máximos del mes de julio con cifras de 2009.
La tasa de morosidad ha bajado a los 42.173 millones de euros en junio, un nivel que no se había repetido desde 2008. Esta tendencia no se veía venir, teniendo en cuenta la rápida subida de tipos de interés, así como del euríbor y la revisión al alza de los préstamos concedidos en tipo variable. Así pues, con una reducción de morosidad bancaria de 655 millones de euros en junio, la tasa del primer semestre de 2023 queda a 3,5%, y un volumen de pagos dudosos de 42.173 millones de euros para el conjunto de la banca española.
Según los datos publicados por el Banco de España, esta cifra es superior al mínimo registrado a finales del primer semestre de 2008, 41.050 millones de euros, con una tasa del 3,37%. Se vincula a este freno de la mora el incremento de la cartera crediticia en su conjunto, que acabó el primer semestre del año por encima de los 1.205 billones de euros.
El descenso de la tasa de morosidad no va de la mano con los créditos al consumo. El crédito al consumo ha experimentado un aumento histórico, que no se alcanzaba desde 2009. En la época de vacaciones que cubren junio y julio, el crédito al consumo subió más de 2.000 millones de euros. Según los datos proporcionados por el Banco de España, si se tiene en cuenta únicamente la cifra del mes de julio, se ha registrado un máximo de crédito al consumo que no se alcanzaba desde el año 2009. Esta cifra fue superada únicamente por los años 2008 y 2007, justo antes del estallido del boom inmobiliario.
En este sentido, en junio las familias experimentaron un aumento récord en su deuda no hipotecaria con los bancos, con un incremento mensual histórico de 11.240 millones de euros. Esto se refiere a la deuda acumulada por los hogares debido a créditos al consumo y otros préstamos que no están relacionados con la compra de viviendas.
Este saldo es sorprendente si se analiza el encarecimiento en los últimos meses de este tipo de financiación, que ha sobrepasado el 10% de interés. A pesar del rápido crecimiento del interés, las empresas están facilitando cada vez más la contratación de este tipo de financiación con servicios como el buy now, pay later, o de startups y fintechs que apuestan por trocear los pagos a corto plazo.
Sin embargo, volviendo a la información anterior, se registró una disminución en los niveles de morosidad. De hecho, la morosidad crediticia alcanzó un repunte máximo en 2013, donde superó el 13,6%, tras la crisis económica de los años anteriores. A partir de ese año, empezó su descenso que, de momento, continúa.
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