El gigante japonés ha vendido la totalidad de sus 32,1 millones de acciones de Nvidia en octubre para financiar su ambiciosa estrategia en inteligencia artificial, lo que genera inquietud sobre la magnitud de la euforia del sector.

El grupo japonés SoftBank Group Corp. comunicó que vendió la totalidad de su participación en Nvidia Corporation por aproximadamente 5.800 millones de dólares, en una operación realizada en octubre que consistió en la venta de 32,1 millones de acciones.
Este anuncio publicado en Reuters ha sacudido los mercados bursátiles con la caída de más del 2 % en los títulos de Nvidia en las primeras operaciones del día, afectando de paso al índice S&P 500. La razón de esta desinversión, según la compañía, es liberar capital para fortalecer la apuesta del consejero delegado Masayoshi Son por la inteligencia artificial, principalmente mediante la financiación de la desarrolladora ChatGPT, OpenAI, y su macro‑proyecto Stargate, dirigido a expandir la capacidad de centros de datos en los EE. UU.
La venta de SoftBank se produce en un contexto de creciente preocupación sobre una posible burbuja en el sector de la inteligencia artificial. Ejecutivos de bancos como Morgan Stanley y Goldman Sachs han advertido de un posible retroceso en la cotización de activos vinculados a esta tecnología, y el conocido inversor en corto Michael Burry ha apostado contra Nvidia y Palantir.
Mercados reaccionan a la venta y crece la cautela en IA
Algunos analistas interpretan que la operación de SoftBank podría reflejar que Son ve señales de enfriamiento tras una subida superior al 1.200 % en los últimos tres años para Nvidia. Otros, por el contrario, apuntan que esta venta forma parte de un movimiento de reasignación de recursos: SoftBank ya había vendido posiciones en Nvidia en 2019 antes del boom de la IA, perdiendo parte del rally, para volver a entrar y ahora salir nuevamente.
Además de la venta de Nvidia, SoftBank también liquidó una participación en T‑Mobile por unos 9.200 millones de dólares, reforzando así su “caja de guerra” para invertir masivamente en infraestructura y compañías de inteligencia artificial. El momento no podría ser más significativo: la compañía dice que sus mayores inversiones van hacia OpenAI y el proyecto Stargate, mientras se producen recortes de previsiones de ingresos en proveedores de la nube IA como CoreWeave, lo cual añade más ingredientes al debate sobre si la valoración de la IA ya ha sobrepasado los fundamentos.
En definitiva, la decisión de SoftBank de vender su participación en Nvidia no sólo refleja un cambio estratégico de un inversor tecnológico clave, sino que pone sobre el tablero la pregunta de si el auge de la inteligencia artificial (y las infraestructuras que la sustentan) se encuentra en su fase de madurez o de sobreexpansión.
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