El banco reduce en más de un 53% su cartera de activos inmobiliarios procedentes de la fusión con Bankia, alcanza un beneficio neto de 4.397 millones de euros y entra en el universo cripto con un ETP sobre el bitcoin.
CaixaBank avanza con paso firme en su estrategia de crecimiento sostenible y saneamiento del balance. En los nueve primeros meses de 2025, la entidad ha alcanzado un beneficio neto de 4.397 millones de euros, un 3,5 % más que el año anterior, impulsado por la fortaleza del negocio bancario y una intensa actividad comercial. Al mismo tiempo, ha reducido de forma drástica su exposición a los activos improductivos heredados de Bankia, situándola en 1.156 millones de euros, lo que supone un recorte superior al 53 % desde 2021.
El consejero delegado, Gonzalo Gortázar, destacó en la nota de prensa oficial publicada recientemente que la entidad “avanza con fuerza en línea con nuestros dos grandes ejes estratégicos: el crecimiento sostenido de la actividad y la transformación del Grupo”. Añadió que “gracias a la rentabilidad alcanzada y a nuestra sólida posición financiera, hemos facilitado financiación a 240.000 familias y empresas, reforzamos nuestro compromiso con la sociedad y la sostenibilidad, y garantizamos una retribución adecuada a nuestros accionistas”.
Un saneamiento casi completo y diversificación hacia nuevos horizontes
La entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri ha dejado prácticamente atrás el peso de los activos improductivos procedentes de la integración de Bankia. CaixaBank heredó 1.385 millones de euros en inmuebles adjudicados, que elevaron su cartera total hasta 2.469 millones en 2021. Cuatro años después, la reducción supera el 53 %, acercándose a los niveles previos a la fusión (1.084 millones).
Esta estrategia disciplinada de desinversión se ha acompañado de operaciones con plusvalías y de un esfuerzo constante por minimizar la exposición al riesgo. La ratio de morosidad se mantiene en el 2,3 %, con una cobertura del 72 %, y el coste del riesgo en el 0,24 %. La solidez del balance y la gestión activa de activos dudosos sitúan a CaixaBank en una posición de fortaleza frente a la incertidumbre económica.
En paralelo, la entidad sigue avanzando en nuevas líneas de negocio, como la reciente entrada en el universo cripto con el lanzamiento de un ETP (Exchange Traded Product) sobre bitcoin, una apuesta controlada por la innovación financiera y la diversificación de productos de inversión.
Rentabilidad, solidez y compromiso social
El margen bruto de CaixaBank alcanzó 12.118 millones de euros (+2,8 %), mientras que el ROE se mantiene en un 15,2 %, respaldado por una sólida ratio de capital CET1 del 12,4 % y una liquidez (LCR) del 199 %. El volumen de negocio total se elevó a 1,09 billones de euros, un 6,8 % más interanual, con una nueva producción de crédito de 61.255 millones, un 20 % más que en 2024.
Por su parte, Unicaja, que también heredó inmuebles tras su fusión con Liberbank, ha reducido su cartera de adjudicados hasta 715 millones, niveles incluso inferiores a los previos a la integración, confirmando la tendencia general de saneamiento en el sector.
CaixaBank mantiene su compromiso social y medioambiental, con más de 33.000 millones de euros en finanzas sostenibles, presencia en más de 3.700 municipios y la concesión de 262.934 microcréditos a través de MicroBank, impulsando la creación de 32.000 empleos.
Con una rentabilidad robusta, un balance prácticamente limpio de activos improductivos y una clara apuesta por la digitalización y la innovación financiera, CaixaBank se consolida como uno de los pilares más sólidos del sistema bancario español y europeo. La combinación de disciplina, sostenibilidad y apertura a nuevos mercados (como el cripto) refuerza su posición como referente en la transformación del sector.
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