El 94,4% de las pymes españolas sigue atrapado en la brecha de innovación y digitalización

El Informe Emprende 2025 de Holded radiografía la paradoja del motor económico español: un tejido empresarial dominado por microempresas que, pese a su resiliencia, invierten casi tres veces menos en innovación que las grandes corporaciones.

Las pymes representan el 99,8% del total de empresas del país, generan el 72% del empleo privado y aportan el 65% del PIB empresarial. Pero esa omnipresencia se sostiene sobre una estructura fragmentada: el 94,4% son microempresas con menos de diez empleados. Esto limita su margen de maniobra para invertir, escalar o innovar. Mientras las grandes compañías destinan un 3,5% de su facturación a I+D, las pymes apenas alcanzan el 1,2%. Solo el 18% se considera innovadora, frente al 52% de las grandes. Todo esto se ve reflejados en el Informe Emprende 2025 de Holded, que ya está disponible para su descarga.

Detrás de este freno hay causas estructurales. Los emprendedores señalan los costes laborales (30%) y la competencia (30%) como sus principales obstáculos, seguidos por la incertidumbre económica (27%) y la burocracia (27%). La transición digital, curiosamente, se percibe como una de las menores barreras (14%), un síntoma de que la tecnología se ha normalizado, aunque todavía no se aprovecha como palanca estratégica.

Aun así, la cultura emprendedora española se sostiene sobre tres pilares: esfuerzo (46%), creatividad (34%) y resiliencia (26%). La independencia financiera sigue siendo la gran motivación, pero entre los menores de 30 años emergen valores distintos: sostenibilidad (24%) e impacto social.

Resiliencia y propósito: los motores del emprendimiento

La digitalización, por su parte, se ha extendido casi por completo. El 96% de los emprendedores usa alguna herramienta digital, sobre todo almacenamiento en la nube (45%) y redes sociales (44%). Sin embargo, la diferencia real se observa en el uso avanzado: las pymes que integran ERP, comercio electrónico o factura electrónica tienen una tasa de supervivencia del 72% a cinco años, frente al 40% de las que no lo hacen. El impacto también varía con el tamaño: más del 40% de las empresas con más de diez empleados ahorran más de 20 horas al mes gracias a herramientas digitales o de inteligencia artificial.

En paralelo, el informe muestra una red de apoyo todavía muy limitada. Más de la mitad de los emprendedores (54%) se apoya en familiares y amigos, mientras que sólo un 6% recibe respaldo institucional. La desconexión entre las políticas públicas y las necesidades reales del tejido pyme sigue siendo un lastre evidente.

España se enfrenta, por tanto, a un dilema estructural: su economía depende de un ecosistema empresarial que sostiene el empleo y la producción, pero que carece del impulso necesario para innovar y escalar. Si quiere mantener su competitividad, el país deberá pasar de la mera supervivencia a la inversión estratégica, reduciendo la brecha que separa a las microempresas de las grandes corporaciones. Solo así su motor económico podrá avanzar a plena potencia.

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