El precio de la vivienda crece por encima del 6% anual, mientras los salarios apenas superan el 3%, generando una brecha insostenible entre el coste del acceso a la vivienda y la capacidad adquisitiva de los ciudadanos.

El precio medio del metro cuadrado en España ha superado ya los 1.850 euros, según los últimos datos de Tecnotramit. Este incremento, del 6,2% interanual, duplica el ritmo de crecimiento salarial, lo que está generando una desconexión cada vez más preocupante entre el valor de mercado de la vivienda y el poder adquisitivo de los ciudadanos. En palabras de Vicenç Hernández Reche, economista y CEO de la compañía, “cuando la evolución de los precios se desconecta de variables macro fundamentales, es normal empezar a hablar de ‘burbuja’”.
La situación se agrava en las grandes ciudades y zonas de alta demanda como Madrid, Barcelona, Málaga o Baleares, donde el esfuerzo financiero medio supera ya el 45% de los ingresos familiares. El 40% de los nuevos compradores destina más del 35% de su renta mensual a la vivienda, un umbral que organismos como el Banco de España identifican como límite de riesgo.
Escasez de oferta y riesgo de exclusión habitacional
El problema, advierte Tecnotramit, no radica solo en los precios, sino en la escasa oferta estructural. En 2024 se iniciaron apenas 87.000 viviendas nuevas, cuando serían necesarias al menos 160.000 unidades anuales para responder a la demanda real. Este déficit provoca un aumento sostenido tanto en los precios de compra como en los del alquiler, especialmente en los grandes núcleos urbanos, expulsando a muchas familias hacia la periferia y acentuando la desigualdad territorial.
A pesar de unas condiciones de financiación relativamente estables, con tipos de interés en torno al 3%, la entrada al mercado sigue siendo inviable para amplias capas de la población. La baja tasa de ahorro y la dificultad para reunir el capital inicial hacen que el acceso a una hipoteca esté fuera del alcance para muchos hogares, sobre todo jóvenes y familias con rentas medias o bajas.
Tecnotramit subraya que, si no se aplican medidas urgentes para ampliar la oferta de vivienda asequible y facilitar el acceso al alquiler, los desequilibrios actuales podrían tener consecuencias comparables a las de la crisis inmobiliaria de 2008. Aunque el contexto macroeconómico es distinto, los síntomas de sobrecalentamiento ya están presentes y podrían derivar en graves efectos sobre la economía y la cohesión social si no se corrigen a tiempo.
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