Tras la operación, Blackstone controlará más del 90% del capital y se convertirá prácticamente en el único accionista, mientras que la participación de Santander quedará reducida a un nivel residual.
Banco Santander ha finalizado de manera definitiva su relación con Blackstone, marcando el cierre de su participación en Quasar, el vehículo establecido hace siete años con el objetivo de gestionar los activos inmobiliarios problemáticos heredados de Banco Popular. Así lo ha informado Bloomberg.
Banco Santander ha alcanzado un acuerdo con el fondo para estructurar su salida de Quasar mediante un mecanismo conocido en el sector como “operación acordeón”. Este proceso consiste en reducir inicialmente el capital social para, posteriormente, llevar a cabo una ampliación.
La primera etapa ya se ha completado, mientras que en la segunda Blackstone asumirá íntegramente la suscripción de acciones, lo que le permitirá superar el 90% del capital y convertirse prácticamente en el único accionista. Por su parte, la participación de Santander quedará reducida a un nivel meramente residual. Este ajuste no tendrá repercusiones contables para el banco, ya que al cierre del ejercicio anterior había asignado un valor nulo a su inversión en Quasar.
Previo a esta operación, Banco Santander poseía el 49% de Quasar, mientras que Blackstone controlaba el 51%. Este reparto de participaciones permitió a la entidad financiera desconsolidar de su balance los 30.000 millones de euros en activos improductivos, incluidos inmuebles adjudicados y créditos morosos, derivados de la adquisición de Banco Popular.
Con su retirada casi total de Quasar, Banco Santander concluye su estrategia de desvinculación de los servicers creados para gestionar los activos inmobiliarios derivados de la burbuja. Como parte de esta reorganización, hace dos años fundó Diglo, su propia firma de gestión de activos inmobiliarios, que opera bajo su total propiedad y ha absorbido parte de los activos de Aliseda, previamente vendida a Blackstone.
Banco Santander finaliza su estrategia de desvinculación de servicers relacionados con activos inmobiliarios de la burbuja. Este año vendió su 15% en Aktua a Intrum y anteriormente traspasó a DoValue su participación en Altamira. Además, creó Diglo, su propia firma inmobiliaria, que gestiona activos heredados de Aliseda y es completamente de su propiedad.
Desde su inicio, Proyecto Quasar ha registrado pérdidas totales de 4.100 millones de euros, incluyendo los 448,5 millones de euros perdidos en 2023.
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